“Si ustedes saben hacer lo bueno y no lo hacen, ya están pecando”. Santiago 4:17
(Biblia en lenguaje actual
Entonces…cuando El permitio que me quedara “sin excusas”, empezaron a surgir situaciones que SI pudieron constituir
excusas, pero por encima de ellas el Señor me dio un arrojo y coraje de seguir
adelante, a pesar de que…:
- Debía preparar un documento que, por error, había entendido que se trataba de una sola página; terminó siendo de muchas más.
- Con el tiempo encima para hacer las investigaciones de lugar y recopilar el material, empecé a recibir noticias que me “desenfocaban”: fuertes conflictos familiares que conllevaban hasta acciones judiciales; por el otro lado de la familia, diagnostico de enfermedades; un familiar desaparecido.
- Estas situaciones fortalecían mis inseguridades: “tu no mereces estar allí”; “que te has creído?”;“vas a pasar la vergüenza”. Como se puede observar todos los pensamientos "giraban alrededor de mi".
En medio de todo esto, quise
tirar la toalla…me confundí y pensaba que “Dios no quería que yo fuera a She
Speaks”; pero por encima de mi misma, El seguía empujándome a poner en practica
el versiculo “bástale a cada día su propio afán”; era como si experimentara aquello que decía
Pablo “lo que quiero hacer no lo hago y hago lo que no quiero”, pero en este
caso, en sentido positivo.
Una tenue vocecilla (en lo
profundo de mi corazón) me recordaba que ciertamente no “merecía estar allí”, “no
tenia lo que se requiere”…pero si iba a estar allá, sería sola y exclusivamente
por Su Gracia como dice la canción “Dios de Pactos”: “…por Tu Gracia estoy aquí…”
; gracias a Dios que esa dulce y apacible voz triunfó sobre el estruendoso megáfono que me llamaba a
abandonarlo todo y renunciar. Esa fue Su Respuesta a las oraciones que elevaban un grupo de hermanas que me apoyaron intercediendo por mi.
Cansada…drenada…con muy pocas
horas de sueño en las últimas semanas…llegué a She Speaks luego de haber tomado
dos aviones diferentes para llegar a Charlotte…pero en mi corazón, había una ciertísima
expectativa de que tendría un encuentro fresco con el Amado de mi alma para
entregarle el certificado del “Master en Excusologia” y decirle “Heme aquí, hágase
conmigo según Tu Voluntad”.
Quizás te preguntes qué tienen
que ver “las inseguridades” que mencioné antes con las materias del “Master en Rendición”
sobre “quebrantamiento”; pues, bien hace algunos años, aprendí de “mi prima”
Beth Moore en su libro “Viva Libre” que lo opuesto del orgullo es la humildad,
no la inseguridad (o baja autoestima) pues el origen de esta última puede ser
justamente el orgullo; y, además, la misma no es sinónimo de humildad.
Cual es el paso de rendición que Él
te esta llamando a dar? En tu hogar? Con
tu esposo? Tus hijos? Entrégale tus excusas para que Él te permita ver que cada
una de ellas, son una nueva oportunidad de verlo actuar en maneras que nunca
antes hubieras imaginado. Las excusas se enfocan en nosotras mismas y las circunstancias, es como si estuvieramos andando por "vista" y no por fe.
Celebremos juntas nuestro día de
des-graduación del “Master de Excusologia” como dignas representantes de la Universidad del Reino!! Recordando las palabras de nuestro amado Pablo "Yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya, pero una sola cosa hago, olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta…."
PD: Cuando el avión que me llevó
a Boston aterrizó, uno de los primeros e-mails que recibí (aun estando en el avión
en espera de desembarcar) fue que ya se había realizado “aquel pago” que había esperado
durante varios meses; no me quedó mas que reírme del trato de Nuestro Padre
para con nuestras vidas...al igual que con Su Pueblo Israel, las aguas del Jordán
no se abrieron hasta que mis pies no se mojaron.
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