Enfocandonos...dejar de ignorar Su Voz



“Porque mis ojos miran hacia Ti, oh DIOS, Señor; en Ti me refugio…”
Salmo 141:8
Como había compartido antes, la noche de llegada había respondido que la razón por la que estaba en la conferencia era porque necesitaba “enfocarme”; ya comprenderán cuan grata sorpresa recibí cuando entré a la primera actividad que consistía en un tiempo devocional titulado “Manteniendo el animo en medio del desánimo” donde la facilitadora nos invitaba a enfocarnos en El, a poner nuestros ojos en El en medio de toda circunstancia que se nos presentara en la medida en que le servimos a El, recordándonos que esa la única manera de mantenernos animadas a seguir adelante.
En la medida en que ella (Luann Prater) iba compartiendo la reflexión, Betty Shoopman pintaba la imagen que les comparto al inicio de este mensaje; y luego, nos dieron un souvenir con la misma.
De inmediato fui a la primera charla donde nos recordaron que debemos dejar la costumbre de “ignorar la voz de Dios”  cuando nos llama a compartir Su Mensaje; que no olvidemos que “Dios no llama al que está capacitado sino que El capacita a quien llama”.
La pregunta clave no es “como hacerlo?” sino “Él me ha llamado?”; la facilitadora (Emily Freeman) compartió su sorpresa cuando Dios fue confirmando Su llamado y como se decía a si misma “no estoy loca!!”…lo cual me dio esperanzas de que un día también me diré lo mismo (ya saben lo que me digo hoy...).
También nos invitaba a preguntarnos: Porqué quiero hacerlo? (dependiendo del llamado de cada una) y estar conscientes que servirle al Señor requiere esfuerzo y sacrificio.  Es necesario que nos aseguremos de estar haciendo aquello a lo cual Él nos ha llamado; aunque haya otros haciendo lo mismo, solamente cada una de nosotras, podrá hacerlo de la manera particular a que Él nos haya llamado.
Nos recomendó que tengamos tres personas: i) un mentor que nos oriente; ii) alguien que esté en el mismo camino para que oremos unas por las otras; y, iii) alguien a quien motivar, con quien compartir lo que hemos aprendido –sea mucho o poco-.
Otro punto importante es tener cuidado de no dejar de atender a Su Voz porque queremos pretender “ser humildes”; pues no debemos olvidar que el llamado de Dios siempre será mayor que nosotras; pero debemos atenderlo si Él nos ha llamado.
Te has desenfocado? Has ignorado Su Voz? Cuales son tus distracciones "favoritas"? Tienes miedo de atender a Su Llamado?
Míralo a El, no a tus circunstancias, ni siquiera a ti misma ni tus limitaciones…atiende a Su Voz…y síguelo con “los ojos puestos en El”, no en la meta.

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