Enséñanos de tal modo a
contar nuestros días
que traigamos al corazón sabiduría.
que traigamos al corazón sabiduría.
Salmo 90:12
El versículo que encabeza
este escrito se encuentra en el Salmo 90 donde el autor reflexiona en la
transitoriedad de nuestra vida frente a la eternidad de Dios reconociendo que
esa brevedad es producto de nuestro pecado (Rom.6:23); el Autor resalta la presencia
de Dios “de generación en generación”; es como si se tratara de una cadena
atada de manera invisible por la “eternidad” de Dios, en la cual nosotros somos
simples eslabones que entramos o salimos cuando Dios lo determine (versículos 5
y 9).
En mi caso, partiendo del
promedio de vida que señala el versículo 10, ya he vivido entre un 60 a 67% de lo que me correspondería si El
me da la gracia de llegar hasta 70 u 80 años…ciertamente la vida “pronto pasa y
volamos”; una realidad innegable es que todos queremos que “nuestra vida cuente
para algo” es decir, que tenga sentido, significado y propósito por eso,
aceptar que la vida es breve nos asusta, no queremos hablar de ello o decidimos
movernos rápido a actuar para lograr “nuestras” metas.
Sin embargo, en el versículo
12 encontramos la clave del sentido de nuestra vida: humillarnos delante del Dueño
de nuestros días clamándole que “nos enseñe” cómo vivir de manera sabia:
a)
No se trata de “traer a la
mente inteligencia ni conocimiento” sino de un corazón sabio cuyas intenciones
se sometan a El –vivir la vida a Su Manera, no a la mía-; en la mina “Sabick
Gold” no se mide el coeficiente intelectual sino el coeficiente de sabiduría.
b)
Tampoco se trata de “llevarte
de lo que tu corazón te diga” pues Jeremías 17:9-10 nos recuerda que “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién
lo comprenderá?” este diagnóstico es un poco deprimente; pero tenemos a un Dios
tan bueno que de inmediato nos da la respuesta que nos trae la esperanza “Yo,
el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos..."
c) “Contar nuestros días” no
se refiere a un cálculo de las horas y minutos que nos restan en esta tierra,
pues, no tenemos tal facultad; sino que se trata de evaluar el uso de nuestro
tiempo frente a la realidad de lo breve que es nuestra existencia. En Efesios
5:15 se nos ordena que andemos como sabias y no como necias para que “aprovechemos
bien el tiempo”.
Reflexión para aplicación práctica:
Si hasta hoy hemos vivido
para nuestras propias metas -seguramente nos seguimos sintiendo vacías, sin
sentido y sin propósito-; atendiendo a Santiago 1:5 pidamos perdón a Dios por nuestro
pecado de orgullo, reconociendo nuestra “falta de sabiduría”, nuestra
incapacidad para saber cómo vivir y roguémosle que nos enseñe a hacerlo a través
de Cristo Quien en la cruz pagó el precio de nuestro pecado.
Recuerda leer cada día un capítulo
de Proverbios.
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