En esta ocasión
analizaremos el cuidado que se requiere al realizar labores de “explotación
minera” en busca de la preciosa piedra de la sabiduría bíblica que es más
valiosa que todo el oro del mundo.
Para la extracción de los
minerales es necesario mover, dinamitar y triturar enormes cantidades de rocas,
las cuales luego se someten a procesos que requieren ciertas sustancias cuyo
mal uso puede ocasionar daños al medio ambiente o salud de las personas –incluso
la muerte-, al contaminar el aire con gases venenosos o los ríos con desechos
igualmente tóxicos. Por lo tanto, las
empresas mineras deben tomar medidas preventivas tanto con el entrenamiento de su personal
como con los equipos a utilizar.
Así mismo, en nuestra
actividad en la “Sabick-Gold” debemos tomar ciertas medidas preventivas ya que,
contrario a lo que ocurre en muchas empresas mineras que ocultan sus accidentes, la Biblia no esconde la “contaminación” que
provocó la primera “explotación” minera en la mina de sabiduría.
Aunque resulte paradójico esa
primera explotación minera no tuvo lugar en la tierra, sino en el cielo ya que
Isaías 14:12-14 y Ezequiel 28:12-19 han sido interpretados no solamente como un
mensaje de Dios a reyes terrenales, sino
también como la representación de lo que sucedió con uno de sus ángeles quien estaba
“lleno de sabiduría” pero el orgullo, la soberbia y arrogancia lo engañaron y
“corrompió su sabiduría” al querer “ser como Dios” por lo cual fue expulsado
del cielo. Ese ángel es Satanás.
Debido a que sus planes
fueron frustrados en el cielo, a la primera oportunidad vino a la tierra a
seducir a Eva para poner en el corazón de ésta, el que fue (y ha sido) el
anhelo de Satanás: “ser como Dios” (Génesis 3:5) diciéndole que si comían del
“árbol prohibido” iban a “saber el bien y el mal” por lo que bajo los efectos
de ese engaño, Eva “vio” que el árbol era “codiciable para alcanzar la
sabiduría”.
Y entonces, ocurrió la
“gran contaminación” que provocó no solo la expulsión de Adán y Eva de la “mina
de sabiduría” (la Sabick-Gold) sino la muerte espiritual de toda la humanidad
junto con la maldición de toda la creación.
Por eso, durante todo el
tiempo de este entrenamiento debemos pedirle a Dios que escudriñe nuestras
motivaciones para adquirir sabiduría no sea que “como la serpiente
con su astucia engañó a Eva, [n]uestras mentes sean desviadas de la
sencillez y pureza de la devoción a Cristo.” Mientras más pepitas de
sabiduría encontremos mayor deberá ser nuestra devoción a Cristo, con un
corazón sencillo y puro.
Si por el contrario, en la medida en que “explotamos” las riquezas
de esta mina, empezamos a considerarnos mejor que otr@s cristian@s o pensar que
tenemos mejores soluciones que las que Dios ofrece, o a esperar “devoción” de
los demás a nuestra persona…es tiempo de detenernos porque tal como ocurrió en
el cielo “nuestra sabiduría se está corrompiendo”.
Por lo tanto, para evitar esa “contaminación” durante todo el
tiempo de nuestra “explotación minera” tenemos que mantenernos utilizando el “uniforme”
que nos describe Efesios 6:10-19 y así evitar peligrosas intoxicaciones de
nuestra alma y de nuestro entorno.
Reflexión: Padre no
permitas que mi corazón se desvíe de la pura y sencilla devoción a Cristo; dame sensibilidad a Tu Espíritu cuando el
orgullo quiera entronarse en mi corazón haciendo de mí, una mujer necia en
lugar de una sabia conforme a Tu Corazón.
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