Padres en la Biblia

Debido a que en nuestro país, el último domingo del mes de Julio se celebra el Día de los padres sentí el deseo de incluir una reflexión alusiva al día; mi primera intención fue escribir sobre mi Amado Padre Celestial, Quien es el Padre de todos los tiempos, el Unico Padre Perfecto, el Incomparable, pero luego pensé:

(i) que esa parte le correspondería a nuestra vecina "La Hija Pródiga"  quien entusiasmada por ese gran amor que tiene por Su Padre se adelantó y publicó anoche-; y,

(ii) me preguntaba cuál personaje bíblico pudiera servir como modelo de un padre terrenal (nunca perfecto, pues como dije antes, sólo el Padre Eterno ha sido, es y será Perfecto... por lo cual debemos estar profundamente agradecidos, ya que la imperfección de esta tierra -incluyendo la propia, entiéndase mi pecado- nos crea la necesidad de buscarla en lo Alto; tal como nos revela el libro de Eclesiastés 3:11 "...y [El] ha puesto eternidad en el corazón del hombre...).

Con estas ideas en la mente, fui haciendo un "paseo" por la Biblia en "búsqueda de un modelo de figura paterna"; "visitando" a varios de los personajes más connotados incluyendo a grandes héroes de la fe.

Entre los personajes "visitados" en nuestro paseo, se encuentran Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Samuel, el Rey David...otro personaje que quizás resulte una sorpresa para algunas personas verlo incluido en este grupo..llegando al Nuevo Testamento para "visitar" también a los grandes apóstoles Pedro, Pablo, entre otros.

Nuestra primera visita nos lleva a Adán quien fue el receptor de la segunda bendición/mandamiento que salió de los labios de Dios a partir de la creación (la primera había sido dada a los animales para una función similar pero con obvias diferencias; ver Génesis 1:22) cuando junto a Eva, escuchó la Voz de Dios que les decía "fructificad y multiplicaos..." (Génesis 1:28), es decir, que procrearan hijos.

Si bien Adán y Eva crecieron y se multiplicaron, la Biblia no registra eventos que nos permitan identificar a Adán como un padre cercano a sus hijos, que estuviera sembrando,  en sus corazones, la semilla de la Esperanza en Dios, pues, el mismo Adán la había menospreciado. 

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