TESTIMONIO BERTHA AQUINO DE DOMINGUEZ (esposa pastor Marthyn de Iglesia Bautista Invivienda)
Dios trajo a Marthyn a la iglesia y él hizo la decisión de entregarle su vida a Cristo; yo lo observaba y lo observaba crecer en su vida cristiana, entonces le dije a Dios: “Si esa es la persona que tú tienes para mí, permíteme conocerlo y que podamos ser amigos”.
En este tiempo Marthyn respondió a un llamado para servir al Señor y prepararse en el Instituto Bautista (que más adelante fue Seminario) en el cual yo era maestra, poco después mi mama murió de cáncer y Marthyn y yo nos hicimos novios.
Pasados unos meses, se me presentó un problema en un seno que resultó ser un tumor maligno… fue un tiempo difícil, pues, el sólo hecho de ir al Hospital de Oncología me asustaba y pensé que Marthyn dudaría en su relación de noviazgo conmigo; de mi parte, yo quería liberarlo de su compromiso, pero Marthyn me dio todo su apoyo en ese momento.
Dios usó los misioneros bautistas para hacer contacto en los Estados Unidos y operarme allí; se abrieron las oportunidades para ser operada en Mississipi.
El Señor me dio las fuerzas para sentirme bien, tenía paz y estaba confiada; tanto aquí como en los Estados Unidos Dios me dio hermanos que me cuidaron y a Marthyn que me dio su apoyo incondicionalmente. En esta ocasión no recibí quimioterapia ni radioterapia. Luego de la operación volví de los Estados Unidos y al siguiente año nos casamos, justo el día después de cumplir 36 años y de haber sido operada de cáncer.
Unos años antes de casarme, sin novio y con más de treinta años decía: “No he dicho que no me quiero casar, tampoco me siento sin oportunidades, al igual que una persona joven, puedo casarme y tener mis hijos”. Pues así sucedió: ni la edad ni el cáncer restaron a mi matrimonio. Dios nos dio dos hijos maravillosos: Josué y Priscila.
0 comentarios:
Publicar un comentario