Testimonio de esperanza: Decidiendo por Sus Planes para mi vida (1)

En esta ocasión Dios nos ha bendecido con el testimonio de una joven quien, por la Gracia de Dios, encontró esperanza, en un momento crucial de su vida donde debía tomar “la decisión correcta” al rendirle sus sueños y esperanzas a Aquel que es Nuestra Única y Verdadera Esperanza.

A continuación el testimonio de Ivana Rodríguez Reyes

Hola amiga!! es de gran bendición tener la oportunidad de compartir contigo uno de los testimonios que Dios me ha permitido vivir, en nuestro caminar; es una muestra de que El nos acompaña día a día, y es quien dirige la vida de Sus hijos, para preservarlos de lo que este mundo está viviendo, y orquesta cada situación minuciosamente para llevarnos incluso a dar pasos que superan en gran manera nuestros “sueños”.

Apenas acababa de salir del colegio cuando ya tenía plasmada en mi mente toda una imagen de cómo me veía en los próximos 5 años de mi vida; entre mis planes estaban desarrollar mis talentos en el arte y mi gusto por la moda, es por esto que luego de haber tomado cursos previos de diseño de modas, pues, a mi parecer esa era la carrera que El Señor había elegido para mi, por el simple hecho de que me encantaba -a pesar de no haberlo consultado con El desde un principio-.

Entre esos planes se encontraba matricularme en una afamada escuela de diseños de nuestro país, pues, cuando terminé el colegio ese era el siguiente paso que “yo había trazado”; luego de dos años en esa escuela, dedicarme al ejercicio de mi carrera y especializarme en la ciudad de Nueva York, sin planes de volver a vivir en este país.

Así organicé absolutamente todo para irme, incluyendo mi portafolio, el cual contenía algunos de los diseños que había hecho (seleccioné los mejores según mi criterio) así como dibujos que mostraban mi habilidad en el área; tenía toda seguridad de que iba a entrar en la escuela, ya que algunos amigos que habían sido aceptados, se referían a mi portafolio como “único”; inclusive, llegaron a hacerme comentarios de que “si yo entré, tú entras”.

Continúa.../