El día en que verdaderamente entregué todo a Dios (algo que debí haber hecho desde el principio), fue en la entrevista en la cual iba a presentar mi portafolio al vicerrector de la carrera; pero con fe y de corazón le dije… “Señor, he aquí mi trabajo, se Tú en esta reunión, y todo absolutamente todo lo que pase a partir de este momento sea Tu Voluntad…”
En aquella reunión todo fue grandioso, el vicerrector quedó impresionado con el trabajo y solo recuerdo dos comentarios que me hizo: “si es por mi, estás dentro, sólo queda consultar con dos personas más, pero yo soy el de la última palabra” así como “Eres tan buena en diseño de modas, como en diseño gráfico, tienes material para elegir”.
Como es de suponerse salí emocionada de aquella reunión, y esperé aproximadamente 3 semanas por una respuesta, orando cada día para que se hiciera la voluntad del Señor, pero estaba tan segura de que me aceptarian que planeé un viaje a Nueva York para regresar apenas una semana antes de entrar a clases.
Finalmente recibo la llamada tan esperada de aquella escuela informándome que debía pasar a recoger una carta de respuesta por las oficinas; estaba muy entusiasmada porque ya estaba empezando a ver que “mis” planes para alcanzar “mis” sueños, se estaban materializando.
En la carta se me comunicaba que era necesario que hiciera un interin de verano por dos semanas en la escuela (ya que la misma se encuentra fuera de la ciudad donde vivo con mi familia) con el propósito de ellos comprobar que los trabajos presentados en el portafolio habían sido hechos por mí; así mismo para ver, por otro lado, cómo era mi comportamiento al vivir sola, ya que en ese momento era menor de edad; al leer esto sentí una gran desilusión, pues, se empezaron a deshacer, en cierto modo, todos “mis” planes de verano; además, aparte de todo no entendía porqué tenía que tomar un interin de dibujo, cuando no se relacionaba directamente con mi carrera.
Continúa.../
En aquella reunión todo fue grandioso, el vicerrector quedó impresionado con el trabajo y solo recuerdo dos comentarios que me hizo: “si es por mi, estás dentro, sólo queda consultar con dos personas más, pero yo soy el de la última palabra” así como “Eres tan buena en diseño de modas, como en diseño gráfico, tienes material para elegir”.
Como es de suponerse salí emocionada de aquella reunión, y esperé aproximadamente 3 semanas por una respuesta, orando cada día para que se hiciera la voluntad del Señor, pero estaba tan segura de que me aceptarian que planeé un viaje a Nueva York para regresar apenas una semana antes de entrar a clases.
Finalmente recibo la llamada tan esperada de aquella escuela informándome que debía pasar a recoger una carta de respuesta por las oficinas; estaba muy entusiasmada porque ya estaba empezando a ver que “mis” planes para alcanzar “mis” sueños, se estaban materializando.
En la carta se me comunicaba que era necesario que hiciera un interin de verano por dos semanas en la escuela (ya que la misma se encuentra fuera de la ciudad donde vivo con mi familia) con el propósito de ellos comprobar que los trabajos presentados en el portafolio habían sido hechos por mí; así mismo para ver, por otro lado, cómo era mi comportamiento al vivir sola, ya que en ese momento era menor de edad; al leer esto sentí una gran desilusión, pues, se empezaron a deshacer, en cierto modo, todos “mis” planes de verano; además, aparte de todo no entendía porqué tenía que tomar un interin de dibujo, cuando no se relacionaba directamente con mi carrera.
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