Cuando finalmente terminaron aquellas dos semanas, había sido aceptada en la escuela; el personal quedó muy satisfecho con mi desenvolvimiento… se cumplía una primera etapa de “mi” sueño; pero justo allí, surge el dilema: llegué un sábado a casa; y el lunes me iba de viaje a Nueva York para volver solo una semana antes de entrar a clases; teniendo sólo dos días para elegir si me iba definitivamente a la escuela.
Me dediqué a pedir fervientemente dirección a Dios, y ese domingo, en el sermón, El me respondió muy claramente, aunque no recuerdo con lujo de detalles lo que el pastor (Miguel Nuñez) dijo, sí recuerdo específicamente una frase: “Hay una línea muy fina en el pecado, que una vez la cruzamos es muy difícil volver atrás, y nosotros como cristianos no podemos coquetear con el pecado”.
Ese día al salir de la iglesia ya tenía mi respuesta, entendiendo que así como EL Señor me permitió darme cuenta antes de decidir quedarme, cuál era el peligro que podía correr; así mismo, El iba a permitirme ver que Sus planes (no los míos) fluirían a Su manera; confirmando a mi corazón que ése no era el lugar que El tenia para mi… por lo tanto, esos no eran Sus Planes.
Retiré mi aplicación de la escuela, porque simplemente no quiero nada fuera de Su Buena, Santa y Perfecta Voluntad. El me ha permitido seguir desarrollando mi gusto por las artes y entré a una universidad local a estudiar comunicación publicitaria.
Les doy como testimonio que luego de haber tomado esa decisión el Señor no tardó mucho tiempo en mostrarme cuál era Su Propósito con todo “esto”; en cada momento, El se ha esmerado en colmar mi vida de Sus bendiciones y de permitirme ver que Sus planes (muy diferentes a los míos, superan con creces los sueños que una vez yo había plasmado en mi mente… todo por Su Gracia).
Cada día que pasa estoy más convencida de lo que Su Palabra nos dice en el salmo 91: “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”; sólo en El puedo decir que le veo propósito a mi vida.
Ivana E. Rodriguez Reyes
Me dediqué a pedir fervientemente dirección a Dios, y ese domingo, en el sermón, El me respondió muy claramente, aunque no recuerdo con lujo de detalles lo que el pastor (Miguel Nuñez) dijo, sí recuerdo específicamente una frase: “Hay una línea muy fina en el pecado, que una vez la cruzamos es muy difícil volver atrás, y nosotros como cristianos no podemos coquetear con el pecado”.
Ese día al salir de la iglesia ya tenía mi respuesta, entendiendo que así como EL Señor me permitió darme cuenta antes de decidir quedarme, cuál era el peligro que podía correr; así mismo, El iba a permitirme ver que Sus planes (no los míos) fluirían a Su manera; confirmando a mi corazón que ése no era el lugar que El tenia para mi… por lo tanto, esos no eran Sus Planes.
Retiré mi aplicación de la escuela, porque simplemente no quiero nada fuera de Su Buena, Santa y Perfecta Voluntad. El me ha permitido seguir desarrollando mi gusto por las artes y entré a una universidad local a estudiar comunicación publicitaria.
Les doy como testimonio que luego de haber tomado esa decisión el Señor no tardó mucho tiempo en mostrarme cuál era Su Propósito con todo “esto”; en cada momento, El se ha esmerado en colmar mi vida de Sus bendiciones y de permitirme ver que Sus planes (muy diferentes a los míos, superan con creces los sueños que una vez yo había plasmado en mi mente… todo por Su Gracia).
Cada día que pasa estoy más convencida de lo que Su Palabra nos dice en el salmo 91: “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”; sólo en El puedo decir que le veo propósito a mi vida.
Ivana E. Rodriguez Reyes
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