-"¿Mente sana en cuerpo sano?"





Artículo publicado en periódico Diario Libre en fecha 11 de noviembre de 2011

El dicho popular señala que el hombre es un ser de costumbres, las que adquiere en el transcurrir de su vida; así se asemeja al sapo de la famosa anécdota que explica cómo si se arroja un sapo a una olla con agua hirviendo, éste salta y  salva su vida; sin embargo, si lo colocamos en un olla con agua a temperatura ambiente y la ponemos sobre el fuego hasta que el agua hierva, el sapo se va a acostumbrando sin percatarse de que la temperatura ha estado subiendo hasta que muere. ¿Será posible que la sociedad dominicana se esté convirtiendo en una olla llena de sapos con agua hirviendo sin que nos percatemos de esta condición? Habrá alguien que avise a los sapos que salten de la olla antes de que sea demasiado tarde?  Esa voz de alerta es la que pretende ser esta comunicación.

El año pasado se  publicaron múltiples artículos en la prensa local así como en el website www.bengaleses.com en fecha 25 de octubre de 2010 titulado "Moral y Béisbol" donde se denunciaba el rumbo que estaba tomando el béisbol invernal en nuestro país. Quisiéramos pensar que esas alertas no cayeron en el vacío. Pero la publicidad y el "anzuelo" usados para atraer fanáticos a los estadios de béisbol, nos lleva a pensar lo contrario.


Por eso elevamos nuestra protesta contra los anti-valores del tradicional deporte de la familia dominicana: el béisbol invernal; nos referimos a la presentación de mujeres con atuendos que atentan contra la moral ante un público que supone incluye a niños, niñas y adolescentes.


Dichas actuaciones contradicen el lema que por siglos se ha utilizado para estimular la práctica de las disciplinas del deporte: "Mente Sana en Cuerpo Sano"; ya que lejos de cultivar una mente sana, pudiera influenciarlos en el sentido opuesto; dejándonos como única alternativa, alejar a nuestros hijos de los estadios de béisbol, a fin de preservar su salud mental.


Actualmente las líricas de la música que anima los partidos; los bailes, atuendos y movimientos de las animadoras evocan más un prostíbulo que un lugar donde se enarbolan los valores del deporte. La estimulación visual y auditiva, en un ambiente donde se agrega un alto consumo de alcohol, y la promoción excesiva de productos de índole sexual, constituye un caldo de cultivo de imprudencia y problemas de violencia y abusos. ¿Necesitamos estímulo de este tipo en nuestra sociedad?


Los padres y madres estamos llamados a velar por el desarrollo y salud integral de nuestros hijos así como a enfrentar toda clase de abuso en su contra, para preservar sus derechos consagrados en los textos legales vigentes; entre los cuales tenemos:
1)      El Artículo 56 de la Constitución que encarga a la familia, la sociedad y el Estado de hacer primar el interés superior del niño, niña y adolescente debiendo asistirles y protegerles para garantizar el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales.

2) La Ley 136-03 que constituye el Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los niños, niñas y adolescentes que tiene como objeto garantizar el ejercicio, disfrute pleno y efectivo de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes. Entre cuyos Principios Generales encontramos, los siguientes: i) Interés superior del niño, niña y adolescente; ii) Prioridad absoluta; iii) Obligaciones generales de la familia; y, iv) Participación de la sociedad.

Así mismo, entre los Derechos Fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, cabe citar: a. Derecho a la integridad personal; b. Derecho a participar de manera libre y activa en la vida comunitaria, deportiva, recreativa; c. Derecho a que sea denunciado el abuso en su contra; y, d. Derecho a diversión sana.

En tal sentido, queda expresamente prohibida la realización de actividades de esta naturaleza en los lugares donde los niños y adolescentes tienen acceso.

En cumplimiento de las disposiciones legales antes citadas, procede ordenarse el cese inmediato de las antes citadas prácticas ya que vulneran los referidos derechos fundamentales. En un país, donde alrededor del 40% de la población tiene menos de 18 años de edad, es de vital importancia que se garanticen los derechos reconocidos a los mismos, tomando las medidas que fueren necesarias, haciendo primar el INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO, NIÑA Y ADOLESCENTE según consagra la Constitución.


Debemos procurar que la motivación de asistir a los estadios responda a estímulos positivos para nuestra juventud y coherentes con el llamado que se hace en Proverbios 4:23 a una sociedad que públicamente se identifica como "cristiana": "con toda diligencia guarda tu corazón,  porque de él brotan los manantiales de la vida...". Y es que como padres, guardar el corazón de nuestros hijos es la primera de las encomiendas que recibimos.


Cosechamos lo que sembramos; corrijamos ahora para no tener que llorar después. No olvidemos las palabras de Dios por medio del profeta Oseas: "Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos" (4:6). El violar la ley de Dios hoy tendrá consecuencias sobre nuestros hijos mañana.

Esta comunicación es parte de nuestro deber cristiano y ciudadano de guardar y preservar la integridad de nuestra niñez y juventud. Esperando que Dios nos dé la valentía requerida para levantar una sociedad con valores que a Él le agradan y por ende, que bendecirán la nación.

De Laura Feliz e Isabel Andrickson

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