Lucas 14:18-19 "Y todos a una comenzaron a excusarse...te ruego que me excuses..."
Hay
un famoso refrán que dice “desde que se inventaron las excusas nadie queda
mal”; cuando se inventaron las excusas?
En el Jardín del Edén: cuando Adán y Eva se “excusaban” de su
responsabilidad.
Desde
entonces esta raza humana –a la que, privilegiadamente, tú y yo pertenecemos - no ha dejado de
excusarse tratando de convencerse a si mismos, a los demás…y aun a Dios de que nuestras excusas son válidas.
Así
nos pasamos los días, los meses y los años yendo de una excusa a otra para
justificarnos tal como lo hicieron Adán y Eva; la excusa corre en nuestras
venas, es parte de nuestro ADN pecaminoso.
Las
excusas son tan variadas como diversa es la creación; puede ir desde excusarnos
para no creer en Dios, a lo cual Él nos dice “que no tenemos excusa” porque Su Creación
nos revela que hay un Dios (Rom.1:20); nos excusamos también de nuestro pecado cuando
juzgamos las actuaciones de los demás, pero Su Palabra nos dice que ese mismo
juicio que hacemos contra los otros, constituye la prueba de que “no tenemos
excusas” (Rom.2:1).
Igualmente
nos excusamos cuando recibimos Su Llamado –ya sea a salvación o a servicio-. Jesús
mismo narró una parábola sobre los convidados a una cena (representando el
Reino instaurado con Su Primera Venida y el que esperamos sea instaurado con la
próxima) quienes presentaron múltiples excusas para no asistir a la misma (Lucas
14:18-19), el común denominador de estas excusas eran ocupaciones o posesiones
de este mundo.
Cuántas
veces no estuve (o aun estoy) en algunos de estos “bancos de excusas”? Si soy
honesta, creo que he hecho un “Master en Excusologia” en las diferentes etapas
de mi vida; y se que cada una de las que lean este mensaje, también han logrado
ya sea un Diploma, Postgrado, Certificado o quizás, al igual que yo, una Maestría.
Si
Dios lo permite, estaré compartiendo algunas enseñanzas que aprendí
recientemente con mi participación en la conferencia para mujeres “She Speaks”
a la cual no había ido antes por múltiples excusas y a la cual fui en esta ocasión porque
el Señor derribó un numero mayor de excusas que vinieron a mi mente y corazón durante
el tiempo de preparación para asistir a la misma. A Él sea la Gloria!!
Doy
gracias a mi Padre Celestial que me llevó allí a pesar de mi misma y de la
multitud de excusas que me aseguraban que yo no debía ni me merecía estar en
aquel lugar; que todo se trataba de “loqueras mías, de alucinaciones o un ego
inflado”.
En
tu caso cuales han sido las principales excusas que le has dado al Señor cuando
te ha invitado a participar en Su Obra, a recibir Sus bendiciones para tu vida?
En verdad, me gustaría escucharlas y compartirlas con las demás. Puedes
escribirme a salmos375@gmail.com.
Bajo Sus Alas,
Isabel
1 comentarios:
Waoo Isa! Verdaderamente interesante, yo creo que en eso de las excusas, yo tengo un "master". De verdad gracias por tu exhortacion mana.
Bendiciones
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