“Bienaventurado el pueblo que tiene esto;
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.”
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.”
Salmo 144:15-16
En las últimas semanas, en
nuestro país se han realizado diferentes manifestaciones contra medidas del
gobierno que pretenden cubrir un impactante déficit fiscal heredado de la
anterior administración – del mismo partido que ganó las elecciones el pasado mes de Mayo-.
Entre las imágenes que representan
el slogan de la campaña “Mi país está de
luto” tenemos la que acompaña esta reflexión, donde vemos una bandera
dominicana en la cual se ha sustituido el Escudo Nacional por un lazo negro como
símbolo del luto popular; el mismo se ha utilizado en múltiples ocasiones en
diferentes países y por diferentes causas; entre las que encontramos, salud,
tragedias por actos vandálicos, muerte de alguna figura pública, catástrofes de
la naturaleza, entre otros.
Ante dicha sustitución, reflexioné
sobre los distintivos de nuestra Bandera Nacional y su significado. Nuestra
bandera se compone de los colores azul ultramar y rojo bermellón separados por
una cruz blanca:
o
El color rojo representa la sangre derramada por
los patriotas para conseguir la independencia.
o
El color azul representa el cielo que cubre la
Patria, que Dios protege la nación dominicana y los ideales de progreso de los
dominicanos.
o
La cruz central blanca representa la paz y unión
entre todos los dominicanos. Según los historiadores, Juan Pablo Duarte –padre de
la patria- en el signo de la redención el medio de resolver problema de
distinguir nuestra bandera; para significar de este modo al mundo, que el
pueblo dominicano, al ingresar en la vida de la libertad, proclamaba la unión
de todas las razas por los vínculos de la civilización y del cristianismo.
o
En el centro se encuentra otro símbolo patrio:
el Escudo Nacional.
A su vez, nuestro Escudo lleva en
el centro, la Biblia abierta en el Evangelio de Juan, capítulo 8, versículo 32,
y encima una cruz; está coronado por una cinta azul ultramar en la cual se lee
el lema “Dios, Patria y Libertad”.
Fue precisamente este símbolo -que
representa el cristianismo- el cual fue sustituido en ocasión de las protestas
actuales, en señal del luto de nuestro país.
Aunque la intención de los
organizadores de esta campaña es comunicar un mensaje de sentimiento nacional
de hastío contra medidas gubernamentales; cuando observamos "a la Luz de Su Palabra" la realidad sobre
la actitud de indiferencia, apatía y rechazo de este pueblo a los principios y verdades bíblicas, no
podemos menos que pensar que ciertamente ese lazo negro advierte sobre la
realidad espiritual de esta nación -nada pudo ser mas representativo-; mientras que los símbolos contenidos en el Escudo
no reflejan el diario vivir de esta amada nación. Y es por eso, que en esta ocasión, lees en letra negra.
Cuando leemos el Salmo 144 –donde
se encuentran los versículos objeto de esta reflexión- nos encontramos que su
titulo es “Oración pidiendo socorro y prosperidad” y se inicia con una declaración
de confianza, alabanza y adoración por parte del rey David a Jehová…su Roca…su
Entrenador…su Misericordia…su Castillo…Su Fortaleza…Su Libertador…Su Escudo…Quien
sujetaba al pueblo que el rey David gobernaba. Luego continúa con una serie de
peticiones a Dios reconociendo que su victoria venia de El; pide por las
futuras generaciones (hijos/hijas), por protección, por provisión y concluye
con la declarando que el pueblo que tiene todo “esto” es bienaventurado porque
tiene a Jehová como Dios.
Si hoy no tenemos todo “esto” es debido
a que justamente –como pueblo- no tenemos lo esencial: a Jehová como nuestro
Dios. No tenemos esperanza? Claro que
SI!! “volvámonos a Dios como nos dice Jeremías 3:21-22
»Una voz se oye sobre las alturas,
llanto de los ruegos de los hijos de Israel,
porque han torcido su camino,
se han olvidado de Jehová, su Dios. ¡Convertíos, hijos rebeldes,
y os sanaré de vuestras rebeliones! »
porque han torcido su camino,
se han olvidado de Jehová, su Dios. ¡Convertíos, hijos rebeldes,
y os sanaré de vuestras rebeliones! »
Y, mientras tanto, a aquellos que, por Su Gracia, ya nos hemos vuelto a El, la Palabra nos ordena en 1 Timoteo 2: 1-3:
»…Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y
acciones de gracias
por todos los hombres, por los reyes y por todos los
que tienen autoridad,
para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro
Salvador…»
0 comentarios:
Publicar un comentario