Tropecé de nuevo con la misma piedra…

Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí. Mateo 11:6 y Lucas 7:23

Sin proponérmelo seguimos con expresiones o dichos populares; hoy tenemos uno que se hizo famoso en la voz del cantante español Julio Iglesias (cuyo amor, dedicación de una producción por/a su hija me hacia suspirar; hasta que descubrí la “canción de amor que me había dedicado mi Padre Celestial”). El titulo de esa canción de Julio Iglesias es “Tropecé de nuevo con la misma piedra”; la cual utiliza la piedra como metáfora  de relaciones amorosas; en esta entrega la utilizaremos en alusión a la Roca de los Siglos: Jesucristo.
Así como la canción dice que el tropezón ocurrió en mas de una ocasion con la misma piedra, en la Palabra vemos que con Cristo puede suceder igual pues Aquel que es la Roca de Salvación puede convertirse en Roca de Caída (Romanos 9:33) pues con El pueden haber dos tropiezos:

a)      El tropiezo de rechazarlo: En este caso se rompe la ley de la gravedad pues en este tropiezo la Roca cae sobre quien tropieza; es decir, se convierte en Roca de Caída. Estos son los que se consideran muy superiores a las mentes débiles y cerebritos que necesitan de “esas historias” para sostenerse. O, quizás tu espiritualidad es de “mente abierta” y consideras que “todos los caminos conducen a Dios”; que solo las mentes estrechas pueden aceptar que haya un UNICO CAMINO al cielo.

b)     El  tropiezo de cuestionarlo luego de haberlo aceptado:  Este tropiezo le pasa prácticamente a todos los hijos de Dios cuando las circunstancias en nuestras vidas parecen no “cuadrar” (es decir, no tener sentido)
La bienaventuranza de hoy contiene una advertencia y fue la respuesta de Jesús a  Juan El Bautista y sus discípulos ante la pregunta de que si Jesús era el Mesías o debían esperar a otro. Aunque Jesús dijo de Juan El Bautista que de los “nacidos de mujer” no había otro como el, debemos recordar que era humano y en su humanidad parecería que se cuestionaba sobre todas las noticias de los milagros de Jesús que no le hacían sentido con su condición de encarcelamiento.

Igual nos ocurre a nosotros cuando vemos que Dios está obrando pero no necesariamente donde/como/ni cuando nosotras queremos que lo haga; quizás El está abriendo puertas a otros sin que las mismas puertas se nos abran en respuesta a nuestras oraciones. Y, entonces, viene la duda, el escándalo o aun hasta sentirnos ofendidos porque vemos que El manifiesta Su Poder pero no en nuestro tiempo ni a nuestra manera.
Para evitar que esta actitud (por demás, pecaminosa) nos robe el gozo, la esperanza, la fe debemos recordar que Él es Soberano pero que cuando ejerce Su Soberanía no lo hace separado de Su Amor, por lo tanto, cuando El obra cuando/donde/como/con quien quiere, lo hace de la manera que es mejor para nosotras porque Él nos ama.

Algunas fuentes consultadas coinciden que este “segundo” tropiezo es el que provoca que caigamos sobre El (y no a la inversa como en el caso anterior) de donde viene entonces el quebrantamiento para nuestra bendición para que “la vasija no se eche a perder en Sus Manos”. Definitivamente cuando venimos a El, necesitamos ser quebrantadas, transformadas para que Su Luz brille a través nuestro.

Reflexión: Que ha sido Cristo para tu vida: Roca de Salvación o de Caída? Has tropezado sobre la Roca o la Roca ha caído sobre ti? Hoy es día de salvación si escuchas Su Voz no endurezcas tu corazón. 

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