Y ahora…hacia dónde vamos? A la SABICK-GOLD

Mujer Minera
Durante el “bienaventurado 2012”, nuestro “Dios Bienaventurado” me permitió revisar diferentes áreas de mi vida, brindándome la oportunidad de corregir situaciones que no andaban “conforme a Su Corazón; esta bendición me ayudó a reconocer que necesitaba crecer en Su Sabiduría por lo que confío (y sobre todo Le ruego) que Él bendiga cada vida expuesta a estas meditaciones del 2013 tituladas “Mujer sabia” por lo que pido oración para que Dios trabaje en mi corazón de manera que yo pueda ser una fiel vocera de Su Obra para bendición de cada lectora.
En el libro de Proverbios 2:4 aprendemos que si buscamos la sabiduría más que a la plata, hallaremos el temor del Señor y Lo conoceremos a Él;  y, en Proverbios 3:13-14 vemos que seremos bienaventuradas si hallamos la sabiduría, la cual nos dará más ganancias que la plata y el oro fino;  pues, es incomparable y más preciada que cualquier piedra preciosa.
 Por lo tanto, ya que en el 2013 estaremos buscando esa Joya más que Preciosa llamada Sabiduría, nos embarcaremos en un curso de minería para trabajar en la SABICK-GOLD…para ser “mujeres mineras” dedicadas a:
 
a)     Actividades de Exploración (primera fase de la actividad minera) en el yacimiento de sabiduría que es la Palabra de Dios –La Biblia- pues, como aprenderemos, la Sabiduría es una Persona (Jesús) y Él ordenó “escudriñad las Escrituras…ellas dan testimonio de Mí…” (Juan 5:39);
b)     Actividades de Explotación (segunda fase) que consiste en extraer el mineral o metal precioso; que para nuestro caso consiste en aplicar las Verdades que vayamos descubriendo; tal como dijo el apóstol Pablo en 2 Timoteo 3:15 “…las Sagradas Escrituras…te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús…”
 Una mina es el conjunto de huecos excavados, necesarios para explotar un yacimiento; el cual es el lugar donde se encuentran naturalmente rocas, minerales o restos arqueológicos; es decir, son formaciones que presentan una concentración de materiales inusualmente elevada en comparación al resto de la corteza terrestre. Dada la cantidad y calidad de los materiales, un yacimiento puede justificar su análisis para determinar la posibilidad de su explotación comercial.

El lenguaje metafórico o simbólico también utiliza la noción de yacimiento para nombrar a la concentración de recursos de cualquier tipo que son susceptibles de ser aprovechados por el hombre ya sea en el presente o en el futuro. Quién duda entonces que metafóricamente podamos denominar a la Biblia como nuestro “yacimiento de sabiduría”?
Para la explotación de las minas es necesario excavar, perforar–a veces con medios mecánicos; otras, con explosivos-; se requiere retirar todo lo que había sembrado en ese terreno y el material que recubría el mismo para luego explotar la capa (es decir, extraer el mineral) y finalmente, restaurar.
Ese mismo proceso tendremos que agotar en nuestras labores “mineras” cuya meta es llegar a ser mujeres de corazones sabios a la manera de Dios; será necesario que permitamos que El excave y perfore nuestros corazones para sacar de raíz nuestras creencias, motivaciones y hábitos que no sean conforme a Su Sabiduría para que, entonces, Él pueda restaurarnos; este proceso la Biblia lo describe claramente 2 Corintios 10:3-5.  
Durante el mes de Enero, las invito a leer cada día un capítulo del libro de Proverbios (que contiene principios de sabiduría) y los viernes tendremos preguntas de reflexión/aplicación sobre los capítulos leídos (labores de explotación minera).

El Dios Bienaventurado


 
“…del Dios bienaventurado…”
1 Tim. 1:11

“… el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores…”
1 Tim. 6:15
 
Luego de pasarnos todo un año revisando las bienaventuranzas que nos han sido dadas por Su Gracia –externas e internas; materiales y espirituales-, hoy concluimos con un título que quizás haya sorprendido a algunas que desconocían que nuestro Amado Dios y Señor también es BIENAVENTURADO, siendo éste uno de Sus Atributos  (es decir, un aspecto de Su Carácter) que podría pasar desapercibido ante otros “más enseñados” como son Su Santidad, Su Soberanía o Su Omnisciencia.
Como hemos visto durante el transcurso del “bienaventurado 2012”, Él es la fuente de nuestras bienaventuranzas por lo que para otorgárnoslas, EL mismo tiene que estar lleno de ellas.
Podrías estar preguntándote “si bienaventurado significa FELIZ O DICHOSO” y nuestras bienaventuranzas provienen de Él, es decir, EL es Quien nos hace bienaventuradas –nada ni nadie más-; entonces, “Qué/Quien hace a Dios bienaventurado?”.
Según Wayne Grudem, la bienaventuranza de Dios “significa que Dios se deleita plenamente en Sí mismo y en todo lo que refleja Su Carácter”; o sea, Su Satisfacción, Felicidad y Plenitud proviene solamente de EL mismo y todo aquello que lo refleje a El –esto es, Su Creación incluyéndonos a nosotras en la medida en que nuestras vidas honren Su Nombre -.
 En palabras sencillas, Dios no necesita a nadie –o sea, ni a ti ni a mí- para ser feliz; como dice “tío Tony” en su libro “Dios es más que suficiente”: “Dios es todo lo que Dios mismo requiere”; ese atributo de Dios nos baja el ego si es que alguna vez hemos pensado que “Dios me necesita para algo” y así lo afirma Efesios 1:23 cuando señala que El “…lo llena todo en todo”.
Como “Mujer Bienaventurada en Cristo” estoy llamada a imitar a mi “Padre Bienaventurado” encontrando mi satisfacción en lo que a Él lo deleita: El mismo y Sus Obras…esa ha sido la meta de esta aventura que hoy concluye en este blog pero que debe seguir durante todos nuestros días sobre esta tierra, pues, se acaba la serie pero nunca nuestras bienaventuranzas que son eternas como Él es eterno.

A través de la historia, las personas han dedicado sus vidas a la “búsqueda de la felicidad”; sin temor a equivocarme, deben haberse escrito millares de libros sobre el tema –yo misma llegué a leer algunos con ese título o similares-; se han desarrollado innumerables métodos; se han implementado incontables programas que al final dejan las personas vacías; porque la búsqueda es vana si no venimos a la Única Fuente que nos podrá saciar esa necesidad de nuestra alma: El Dios Feliz/Dichoso/Bienaventurado y nos sometemos a Sus “Métodos”.
Ante esa Fuente, nuestra búsqueda termina y podremos saciarnos una y otra vez por toda la eternidad porque es una Fuente Inagotable…Infinita, Eterna.
Cuando el enemigo de nuestras almas traiga a nuestra mente sus mentiras de que somos desdichadas, “pobrecitas yo” o desamparadas debemos asirnos fuertemente a la verdad de que en Cristo y por Cristo somos más que bienaventuradas!:
Tengo un Dios Bienaventurado
Quien no escatimó ni a Su Hijo Amado
Para darme todo cuanto he necesitado
Soy bienaventurada porque a Su Reino Él me ha llamado
Me ha elegido, me ha lavado y todos mis pecados
En Su Cruz los ha perdonado
A Él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

Un ladrón que puede hacerme bienaventurada!!

Mas alla del sol...

«Yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus vestiduras,
no sea que ande desnudo y vean su vergüenza.»
Apocalipsis 16:15

Muchos leímos en nuestra niñez, la famosa fábula del “Pastor mentiroso y el lobo” la cual nos enseña que nadie cree a los mentirosos aunque digan la verdad –ya que el pastor había mentido varias veces para amedrentar al pueblo diciendo que venía el lobo; en varias ocasiones fueron a socorrerlo; pero en el momento en que realmente necesitaba la ayuda porque el lobo vino, ya nadie le creyó…le pasó como dice el refrán “cría fama y échate a dormir”-.

Lo anterior resulta paradójico frente al anuncio que hicieron durante siglos los profetas del Antiguo Testamento de que vendría -no un lobo, sino un Cordero- el Mesías y sus profecías se cumplieron al pie de la letra con la primera venida de Jesús…con tal historial, podríamos creer que con el anuncio de Su Segunda Venida  sería cuestión de “echarse a dormir en esa fama” o que “a quien ha dicho la verdad siempre se le creerá” pero lamentablemente no es así, pues, nada levanta más molestia y burlas que recordarle a este mundo que “Cristo vuelve”…a tal punto que ni siquiera los cristianos parecerían querer hablar de Su Segunda Venida…quizás para no ser avergonzados. Qué triste!!

Sin embargo, en Tito 2:13 vemos que esa no debe ser nuestra actitud, sino que “aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” lo cual debe motivarnos a tener una buena conducta y ser fieles en todo (Tito 2:10-12).

Una de las razones por las cuales no “aguardamos la esperanza bienaventurada” es porque estamos muy aferrados a este mundo en lugar de prepararnos “leyendo y oyendo las palabras de las profecías de Apocalipsis” (Apoc. 1:3) para percatarnos de que el tiempo está cerca… Al evitar esas enseñanzas, me pierdo otra bienaventuranza.

El vino hace algo más de 2000 años y muchos que fueron convidados a comer del Pan de Vida, lo rechazaron…por eso El narró una parábola en Lucas 14 sobre aquellos que no quisieron asistir a “la gran cena”, perdiendo de esa manera la bienaventuranza de “comer pan en el Reino de Dios” (Lucas 14:15)…HOY Él está preparando “La Cena de las Bodas del Cordero” a la cual todos los que sean invitados serán llamados “bienaventurados”…y en este caso no ocurre como con las mentiras del pastor y el lobo pues Apoc.19:9 nos asegura  «Éstas son palabras verdaderas de Dios.»

Al disfrutar esa bienaventuranza, estaremos recibiendo otra bienaventuranza (las bienaventuranzas celestiales son “bienaventuranza sobre bienaventuranza”) porque al haber tenido parte en la primera resurrección “la segunda muerte no [tendrá] poder sobre [nosotros], sino que ser[emos] sacerdotes de Dios y de Cristo y reinar[emos] con El mil años” (Apoc.20:6)…y al reinar recibiremos la “Corona de Justicia” que El da “a los que aman Su Venida”.

El vuelve y debemos estar preparadas porque así como no sabemos cuándo entrará el ladrón en nuestra casa, tampoco sabemos cuándo El volverá (Mateo 24:43, Lucas 12:37, Lucas 12:39, 1 Tes. 5:2, 1 Tes. 5:4, 2 Pedro 3:10), pero contrario a la “visita de los ladrones terrenales” que nos causan perdidas; con la Visita Celestial –si estoy preparada- seré mas que bienaventurada por toda la eternidad!!

Para reflexionar: Has estado creyendo las mentiras de avergonzarte de esperar/anhelar/hablar de Su Segunda Venida? O de que es un mensaje que no te gusta escuchar? o que te da miedo?

Bienaventurada? El sufrimiento que nos hace felices


“Nosotros tenemos por bienaventurados a los que sufren…”
Santiago 5:11

“Si padecéis…bienaventurados sois...”
1 Pe.3:14

“Si sois ultrajados…sois bienaventurados…”
1 Pe.4:14

 “Bienaventurado…porque cuando haya resistido la prueba…”
Santiago 1:12

 Ni el título ni los 4 versículos que sirven de soporte a nuestra “plataforma del sufrimiento”  resultan atractivos ni populares en nuestros tiempos –peor aún, ni siquiera en muchos medios que se auto-denominan cristianos-; hemos cortado a propósito estos versículos para que se aprecie mejor la estrecha relación de la bienaventuranza [es decir, felicidad o dicha] con a) el sufrimiento; b) padecimiento; c) ultraje y d) la prueba. E(o, como las 4 patas de la mesa que nos adorna hoy, que tiene encima unas preciosas flores -del jardin de las bienaventuranzas-)stos serian

Una lectura rápida de los mismos pudiera resultarnos contradictoria, irracional o sin sentido; qué información hace falta en cada versículo para que podamos apreciar la raíz de esa “dicha/felicidad” en medio del dolor? Veamos:

1.      En Santiago 5:11 encontramos atributos del carácter de Dios que fueron revelados a Job en medio de sus pruebas;

2.      En 1 Pedro 3:14 la causa del padecimiento es “la justicia” es decir, hacer lo correcto delante de Dios; cuando procedemos de esa manera sabemos que aún en medio de los padecimientos El “se manifestará a nosotros”, pues, tenemos la garantía de la promesa de Su Presencia Manifiesta en Juan 14:21;

3.      Por su parte, en 1 Pedro 4:14 la razón del ultraje es el “Nombre que es sobre todo nombre: El Nombre de Cristo”, aquel nombre ante el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre. En este caso, también contamos con Su Presencia a través del “glorioso Espíritu de Dios que reposa sobre nosotras”; y,

4.      Finalmente, en Santiago 1:12 encontramos que la raíz ha sido la tentación o prueba que si son soportadas o resistidas por amor a Él, nuestra recompensa será la corona de la vida –no una de diademas sino la que se entregaba a los atletas en las competencias-.

En resumen, en medio del sufrimiento “por Su Causa”, por “Su Nombre”, por “amor a Él”, conocemos más de Su Carácter y experimentamos más de Su Poder y de Su Presencia …y el salmista dice que “en Su Presencia hay plenitud de gozo, delicias a Su Diestra…” (Salmo 16:11) y es por eso que este sufrimiento nos hace bienaventuradas, felices aunque en el momento en que lo atravesamos no parezca ser causa de gozo.

Lo contrario también es cierto…si mi sufrimiento es por “mi causa”, por “mi nombre” o por “amor a mí misma” no podré disfrutar de Sus Bendiciones por lo que no seré esa mujer bienaventurada que hemos tratado de cultivar durante este “bienaventurado 2012”; a menos que “confiese mi pecado para alcanzar misericordia” como nos dice Proverbios 28:13.

Es por medio del sufrimiento que Dios forma en nosotras el carácter de Cristo, no solo se demuestra la calidad de nuestra fe sino que también la refina; por tanto, crecemos espiritualmente lo que conlleva que nuestra relación con Él se hace más profunda; en consecuencia, debido a todas esas bendiciones “en medio de diversas pruebas” podemos tener “sumo gozo” como nos manda Santiago 1:2; pero no se trata de un gozo mundano, superficial sino un gozo profundo ante cualquier problema que interrumpe el curso normal de nuestras vidas porque no dudo de Su Fidelidad, Su Cuidado y Su Amor.

Oración: Padre que se pueda decir de nosotras como en Job 1:22 que en medio del sufrimiento no te atribuyamos ningún despropósito; que nuestros corazones sean tierra fértil y no pedregosa en la cual Tu Semilla no echa raíces por apartarnos de Ti en medio del dolor.

Y aunque el norte se haga el sur…



Bienaventurado aquel siervo…aquellos siervos… cuando su señor venga, lo(s) halle velando…
Mateo 24:46; Lucas 12:37:38,43

 A mediados de los años ’90 el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona popularizó una polémica canción de protesta contra los cristianos donde decía que “Jesús es verbo no sustantivo” haciendo cierto tipo de burlas a prácticas y/o creencias de los cristianos como el aplaudir en el culto o la esperanza de que Jesús vuelve; una de las estrofas de esa canción hablada decía:
Jesús no bajes a la tierra quédate ahí arriba
Todos lo que han pensado como tu hoy están boca arriba
Olvidados en algún cementerio, de equipaje sus ideales
Murieron con la sonrisa en los labios
Porque fueron verbo y no sustantivo

En respuesta, un cantante cristiano –que para mi sorpresa es dominicano- le respondió con otra canción hablada que terminaba recordándole a Arjona -haciendo uso de un juego de palabras de otra canción suya-, lo siguiente: “Porque es tan firme mi jugada que Pablo apostó su cabeza y aunque el norte se haga el sur el Maestro regresa”.
Nuestros versículos de hoy nos recuerdan precisamente que nuestro Maestro y Señor regresará -El lo dijo y El lo cumplira- y dependiendo de nuestra fidelidad y perseverancia en  servirle -sin importar la oposición que ciertamente enfrentaremos-, seremos llamadas bienaventuradas o no; en estos versículos una y otra vez se repite la frase “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así” refiriéndose a que lo halle vigilante, en servicio. En Lucas 12:43 nos dice que ya sea que llegue a la tercera vigilia –es decir, que nos parezca que se ha retrasado- seremos declaradas dichosas, felices y bendecidas si permanecemos fieles como siervas Suyas que somos.

Otra característica de nuestra fidelidad en el servicio la encontramos en Lucas 14:14 cuando el Señor nos recuerda que debemos servir a aquellos que no pueden recompensarnos, pues, nuestra recompensa no viene de ellos como dice Colosenses 3:23-24: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibireis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís". 
Por tanto, si la motivación de mi corazón es servir para que las personas me agradezcan y/o recompensen lo que he hecho por ellos, no seré considerada bienaventurada y no recibiré mi recompensa del Señor; es decir, habré “trabajado para estar cansada” porque la recompensa que me convierte en una mujer bienaventurada es la que el Señor me dará en la resurrección de los justos.

Oración: Señor perdona mi incredulidad cuando soy indiferente a Tu Promesa de que regresarás; dame la gracia de aguardar Tu Venida con gozo y expectativa sirviéndote a Ti; que me halles como sierva fiel y prudente. En Cristo Jesús te lo ruego. Amén.   

Una mujer doblemente bienaventurada


Y bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor. …Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva; pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
Lucas 1:45, 48
Debido a la época en que nos encontramos, muchas deben haber descubierto que la “Mujer doblemente bienaventurada” como lee nuestro título de hoy, es María, quien tuvo el privilegio de llevar a Jesús en su vientre, por lo cual fue llamada “bendita entre las mujeres” por el ángel que le comunicó tan especial noticia.
Las palabras del primer versículo para esta reflexión (Lucas 1:45) salieron de los labios de Elisabet, prima de María, cuyo vientre también fue bendecido por Dios a pesar de ser una anciana que había perdido las esperanzas de concebir por lo que ya no sería llamada “estéril”.
Elisabet conocía de primera mano las consecuencias de no creer las palabras o promesas anunciadas por el Señor al ver a su esposo Zacarías enmudecer debido a su falta de fe según narra el capítulo 1 del Evangelio de Lucas; al parecer su esposo le había comunicado –pudo ser por escrito- lo acontecido con el ángel ya que cuando los vecinos quisieron darle su nombre a su hijo, ya Elisabet sabía que debía llamarse Juan.
Por ende, al conocer que María SI había creído “lo que le fue dicho de parte del Señor” pudo anticipar las bendiciones que se derivarían para su prima por haber puesto su confianza en que EL cumpliría Su Palabra.
En su libro “Creerle a Dios”, “mi prima” Beth Moore nos enseña que no es lo mismo CREER EN DIOS que CREERLE A DIOS; en nuestro caso, María fue considerada bienaventurada por haberle CREIDO A DIOS. María demostró ser una joven de fe y de conocimiento de Su Palabra como se evidencia en la adoración que elevó al Señor que es conocida como “El Magnificat” donde exalta la grandeza de Dios y reconoce su pequeñez, su debilidad, su sometimiento a Dios y su necesidad de un Salvador (es decir, humildemente sabía que era pecadora) –Lucas 1:46-55-.
Y es precisamente en esa valiosa pieza de adoración donde encontramos la segunda bienaventuranza con relación a María, la cual brota de sus propios labios cuando expresa en Lucas 1:48 que sería considerada por todas las generaciones como una mujer bienaventurada, no por algo que hubiera en ella –pues se mira a sí misma como ocurrió con Isaías en el capítulo 6 de su libro al contemplar la majestad y santidad de Dios; ella pudo verse como una humilde sierva; es decir, acepta que Él es el Señor-.
Ella sabía que su bienaventuranza no provenía de ella sino por las “grandes cosas” que el Poderoso le había hecho a ella; y en lo adelante quita los ojos de SI misma y adora a Dios por Su Santidad (v.49), Su Misericordia (v. 50), por Su Poder (v. 51,52), Su Compasión y Justicia (v.53), Su Fidelidad (v.55).
Su doble bienaventuranza proviene de su fe y de haber sido elegida por El para mostrar Su Incomparable Obra a través de ella.
Reflexión: Cómo te percibes hoy: “bienaventurada como María con un corazón y labios rebosantes de adoración” o “enmudecida como Zacarías sin poder contar Sus Maravillas debido a tu incredulidad”? Recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios, por eso ponte a cuentas con El, confiesa tu pecado y pidele que "ayude tu incredulidad".  

“Tropecé de nuevo…” ahora versión cristiana

Escuchando el CD de “Navidad con Vástago” me percaté que la canción “Nadie se lo imaginó” se refiere a la que fue nuestra más reciente bienaventuranza, aquella que contiene la advertencia de no tropezar en Cristo y pensé que esta podía considerarse como la “versión cristiana” de aquella canción que mencionamos en la entrega anterior.
 
Disfruten las letras de esta canción:

 
 
NADIE SE LO IMAGINO
 
Nadie se lo imagino que el Rey del mundo, el Salvador,
en un establo de Belén, iba a nacer.

Todo fue tan diferente a como lo esperaban ver,
el Salvador en un pesebre en vez de fuerte débil fue.

Fue como raíz en tierra seca como ver
a un renuevo castigado por el sol.

Fue como una llama en la tormenta

como ver solo una gota en el desierto descender.

Bienaventurado aquel, que no halla en El, tropiezo  
que puede en El creer, sin distracción.

Bienaventurado aquel, que puede recibirlo y dar al Rey,

Morada en su interior y en su corazón darle habitación

Tropecé de nuevo con la misma piedra…

Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí. Mateo 11:6 y Lucas 7:23

Sin proponérmelo seguimos con expresiones o dichos populares; hoy tenemos uno que se hizo famoso en la voz del cantante español Julio Iglesias (cuyo amor, dedicación de una producción por/a su hija me hacia suspirar; hasta que descubrí la “canción de amor que me había dedicado mi Padre Celestial”). El titulo de esa canción de Julio Iglesias es “Tropecé de nuevo con la misma piedra”; la cual utiliza la piedra como metáfora  de relaciones amorosas; en esta entrega la utilizaremos en alusión a la Roca de los Siglos: Jesucristo.
Así como la canción dice que el tropezón ocurrió en mas de una ocasion con la misma piedra, en la Palabra vemos que con Cristo puede suceder igual pues Aquel que es la Roca de Salvación puede convertirse en Roca de Caída (Romanos 9:33) pues con El pueden haber dos tropiezos:

a)      El tropiezo de rechazarlo: En este caso se rompe la ley de la gravedad pues en este tropiezo la Roca cae sobre quien tropieza; es decir, se convierte en Roca de Caída. Estos son los que se consideran muy superiores a las mentes débiles y cerebritos que necesitan de “esas historias” para sostenerse. O, quizás tu espiritualidad es de “mente abierta” y consideras que “todos los caminos conducen a Dios”; que solo las mentes estrechas pueden aceptar que haya un UNICO CAMINO al cielo.

b)     El  tropiezo de cuestionarlo luego de haberlo aceptado:  Este tropiezo le pasa prácticamente a todos los hijos de Dios cuando las circunstancias en nuestras vidas parecen no “cuadrar” (es decir, no tener sentido)
La bienaventuranza de hoy contiene una advertencia y fue la respuesta de Jesús a  Juan El Bautista y sus discípulos ante la pregunta de que si Jesús era el Mesías o debían esperar a otro. Aunque Jesús dijo de Juan El Bautista que de los “nacidos de mujer” no había otro como el, debemos recordar que era humano y en su humanidad parecería que se cuestionaba sobre todas las noticias de los milagros de Jesús que no le hacían sentido con su condición de encarcelamiento.

Igual nos ocurre a nosotros cuando vemos que Dios está obrando pero no necesariamente donde/como/ni cuando nosotras queremos que lo haga; quizás El está abriendo puertas a otros sin que las mismas puertas se nos abran en respuesta a nuestras oraciones. Y, entonces, viene la duda, el escándalo o aun hasta sentirnos ofendidos porque vemos que El manifiesta Su Poder pero no en nuestro tiempo ni a nuestra manera.
Para evitar que esta actitud (por demás, pecaminosa) nos robe el gozo, la esperanza, la fe debemos recordar que Él es Soberano pero que cuando ejerce Su Soberanía no lo hace separado de Su Amor, por lo tanto, cuando El obra cuando/donde/como/con quien quiere, lo hace de la manera que es mejor para nosotras porque Él nos ama.

Algunas fuentes consultadas coinciden que este “segundo” tropiezo es el que provoca que caigamos sobre El (y no a la inversa como en el caso anterior) de donde viene entonces el quebrantamiento para nuestra bendición para que “la vasija no se eche a perder en Sus Manos”. Definitivamente cuando venimos a El, necesitamos ser quebrantadas, transformadas para que Su Luz brille a través nuestro.

Reflexión: Que ha sido Cristo para tu vida: Roca de Salvación o de Caída? Has tropezado sobre la Roca o la Roca ha caído sobre ti? Hoy es día de salvación si escuchas Su Voz no endurezcas tu corazón. 

Ojos que no ven...


Cuando decidí cuál sería el titulo de esta reflexión me reía para mis adentros, pues, pensaba que en las últimas semanas había estado utilizando algunos refranes populares para los mismos; créanme no estoy utilizando “El Refranero” para titular las reflexiones… espero que sea Dirección Divina.

Basándonos en nuestros versículos del día, esta reflexión podría llevar otro titulo que seria “Bienaventurados los ojos que ven pues así el corazón siente”; las tres columnas que sostienen nuestra entrega de hoy son las siguientes:

1.       Mateo 13:16 “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven…”.

2.       Lucas 10:23 “Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis…”

3.       Juan 20:29 “…bienaventurados los que no vieron y creyeron”.

Alto!! Retrocede…lee de nuevo los versículos. Encuentras uno que parecería no encajar en ese trío? Si identificaste a Juan 20:29 como el “patito feo” estás en lo cierto ya que en una primera lectura parecería ser opuesto a las bienaventuranzas contenidas en el  1º y 2º versículos; sin embargo, aprendimos en la entrega anterior que “no todo lo que brilla es oro”; así que sigamos adelante con nuestra reflexión.

 Resulta paradójico que tanto las palabras anteriores de Mateo y Lucas como aquellas de Juan hayan salido de los labios de Nuestro Señor Jesús; por un lado, bendiciendo los ojos que ven y por otro, a los que no ven.

No obstante, en ambos casos se trata de una misma enseñanza: es necesaria la Visión Espiritual, a la cual el apóstol Pablo se refirió cuando decía a los Corintios en su Segunda Carta “por fe andamos, no por vista” (5:7); esto es, que para los cristianos lo importante no es lo que vemos materialmente sino espiritualmente (por la fe); es por eso que en el caso de Juan 20:29 la bendición viene por andar por fe y no por vista: no ver (aquí se refiere a visión física/material) sino creer (visión espiritual).

La fe es a la visión espiritual lo que el nervio óptico a la visión física, pues, éste se encarga de transmitir la información visual al cerebro. Esta visión espiritual es la que ha sostenido a los gigantes de la fe, a través de los siglos, tal como señala Hebreos 11; muy particularmente, el versículo 13 al referirse a Moisés quien se “sostuvo como viendo al Invisible”.  

Una lectura mas completa de los textos de Mateo 13 y Lucas 10 nos permitirán descubrir que cuando los ojos espirituales están ciegos, la consecuencia inmediata es que el “corazón no siente” como dice el refrán popular, pues, no tendrá capacidad de arrepentirse y convertirse.

Podemos pedirle a Dios esta visión espiritual como hizo Eliseo en 2 Reyes 6:17 cuando oró para que Dios abriera los ojos de su siervo; pero también el apóstol Pablo en Efesios 1:18 intercedía delante del Padre para que obrara “alumbrando los ojos de [vuestro] entendimiento…” y cuando se recibe esa visión espiritual, entonces nos llenamos de esperanza conociendo las abundantes riquezas en gloria que poseemos.

Otra manera en que la adquirimos es a través de la Cirugía de la Aflicción que abre nuestros ojos espirituales como ocurrió con Job “…mas ahora mis ojos te ven…” (Job 42:5).

Para reflexionar: Necesitamos una visita al Oculista Divino para que nos conceda Su Visión Espiritual?. Si nos hacen un chequeo rutinario de nuestra visión espiritual, cuales serian los resultados? 20/20? O, necesitamos del colirio que ese Divino Oculista recetó a Su paciente de la iglesia en Laodicea? (Apoc.3:18)
 

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