Y cuál es el remedio?


En la reflexión anterior vimos cómo se produjo la “contaminación” de toda la humanidad ocasionando nuestra muerte espiritual, lo cual debe llevarnos a transitar por la Sabick Gold (mina de sabiduría) con sumo cuidado no sea que creyendo estar “haciendo lo bueno” nos desviemos.
Tal como ocurre con la contaminación ambiental en que el daño puede extenderse a grandes áreas –ya sea a través del suelo o de las corrientes de los ríos- provocando devastación donde quiera que llega, en el ámbito espiritual nos dice Romanos 5:12 que”… como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.

En materia ambiental, el responsable del daño debe comprometerse frente a las autoridades a llevar a cabo un “plan de remediación” que busca corregir la perturbación de las áreas utilizadas o afectadas por la ejecución de las actividades contaminantes (eliminando o minimizando los efectos negativos), de tal forma que alcancen, en la medida de lo posible, las características de un ecosistema compatible con un ambiente saludable y equilibrado para el desarrollo de la vida.

Un  punto que debemos hacer notar es que sin importar que “el culpable” tome las medidas correctivas  en base al plan de remediación aprobado por las autoridades, de todas maneras deberá cumplir las sanciones impuestas, las cuales persiguen la reparación de los daños ocasionados a terceras personas y al medio ambiente.

En el caso de la “contaminación” espiritual producto del pecado, ni el plan de remediación ni el cumplimiento de las sanciones son ejecutados por el “titular minero” que transgredió la Ley (es decir, cada una de nosotras pues como vimos en Romanos 5:12 “todos pecamos”) sino que en nuestro lugar el Juez envió a un Agente de Remediación que no solamente limpia toda el área contaminada asegurándose de que no quede rastro de los agentes contaminantes (pecado) sin cobrarnos un solo centavo sino que además, Él se hace cargo de todos los efectos de la contaminación e inclusive paga todas y cada una de las sanciones que corresponden a los daños provocados; pero es necesario que aquellos que soliciten de Su Intervención, reconozcan delante de Él la responsabilidad por sus actuaciones.

Las consecuencias de aquella “contaminación original” fueron nefastas pues “muchos murieron” (Rom.5:15) pero a través de ese Único Agente de Remediación “la gracia y el don de Dios abundaron para muchos por la gracia de un solo hombre, Jesucristo” (Rom. 5:15).

Cuando se aplican las medidas correctivas de dicho Agente de Remediación, toda la fauna y flora que había muerto fruto de la contaminación, vuelve a la vida pues “Si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” (v.17).

Una de las consecuencias de esa “contaminación original” fue que perdimos la capacidad de alcanzar la sabiduría pero gracias a la Obra de descontaminación y el pago de cada una de las multas y condenaciones que se dictaron en contra nuestra, realizados por el Único Agente de Remediación recuperamos la oportunidad de adquirir sabiduría.

Donde hubo derrame de elementos contaminantes (pecado) se derramó abundantemente Su Sangre que elimina todos los efectos negativos de la contaminación…trayendo vida donde todo había quedado muerto.

Demos gracias a Dios porque donde abundó la “contaminación” sobreabundó Su Remediación gratuita y así como la “contaminación” reinó para muerte, así también la Remediación reinará por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro” (Rom.5:20-21).    

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