Cómo ver a Dios en mi soledad

Amado Padre:

Me han pedido que dé mi testimonio en una charla para mujeres sobre cómo manejar la soledad según los principios bíblicos y tan pronto me lo dijeron mi primera reacción fue ¿QUIEN YO? , ¿Estás segura? No creo que pueda ser yo pues si hay alguien que ha tenido problemas en esta área soy yo; entonces recordé a alguien que dijo que Tú tienes sentido del humor porque escoges precisamente lo débil, y nada más alguien con muy buen sentido del humor me hubiera elegido a mí para testificar sobre este tema.

Pasé varios días orando y no encontraba nada de qué hablar; lo que dice la Palabra lo conozco pero no quería pararme a recitar principios bíblicos que en muchos casos no he aplicado; entonces, pensé… bueno creo que no voy para allá. No tengo nada qué decir.

Te doy gracias que no te tardaste en hacerme entender que estaba viéndolo todo con un enfoque equivocado, pues, me estaba viendo a mí (imperfecta como soy) y no a Ti (Perfecto como eres); entonces, entendí de qué se trataba; hasta se me ocurrió un título para mi intervención “Mi fracaso manejando la soledad y el Éxito de mi Padre en no dejarme sola”, luego me hiciste comprender que no fuera tan perfeccionista y que reconociera que ha habido épocas en que no lo he hecho tan mal (valga la pena recordar, por Tu Gracia, Tu Dirección y Tu Fidelidad).

Tal como le dije a la persona que organizaba el evento, en mi caso veo la soledad desde dos perspectivas:

1. No tener pareja;
2. No tener un núcleo familiar sólido y estable
Por lo tanto, debo enfocar mi testimonio en ambas áreas:

1. No tener pareja:

a. Esta etapa se inició cuando tenía 29 años y de repente me quedé sola con un niño de 3 años, con ingresos que apenas alcanzaban para cubrir mis gastos; ante esta realidad, me sentía como parada frente a un abismo oscuro y necesariamente tenía que dar un salto de fe. Ahí empezaste a obrar, ya me estabas atrayendo hacia Ti, pues, había empezado a asistir a un grupo de oración; y empezaste a organizar mi vida, con diversas fuentes de ingresos, incluyendo hasta beca parcial para los estudios de mi hijo; fue una época de trabajar duro de día y de noche; y así fuiste asegurando provisión para mí y para mi hijo a lo largo de estos años.
b. En esta época llegó una persona que a los ojos del mundo (y aún a los míos propios) era la pareja ideal para mí (su físico, posición social) y el “perfecto modelo” para mi hijo; Tú sabes que hasta pensé que me lo habías traído Tú; pero había un pequeño detalle que yo pretendía ignorar y es que él no era cristiano y que además, estábamos en una relación que no honraba Tu Nombre (bajo el cual yo supuestamente me amparaba); y… cuando tenía hasta la reservación de un vuelo que me llevaría a Tailandia para explorar el lugar donde viviría durante los próximos tres años (ya que él había sido trasladado a ese país por ese tiempo) me mandaste un misil teledirigido que me tumbó del avión y caí en la pila del bautismo en Abril de 1998; el titulo de ese misil fue “El Señorío de Cristo” predicado por el pastor Miguel Núñez; aunque tomé una decisión correcta al terminar esa relación y elegirte a Tí, en ese momento no supe manejar las consecuencias pues me mantenía constantemente pensando y recordando los momentos que había pasado junto a esa persona y escuchando consejos de amigas y primas no cristianas que no comprendían las razones por las que había dado ese paso (recibí hasta insultos de que los evangélicos me habían lavado el cerebrito); lamentablemente, en lugar de yo afirmarme en que había hecho Tu Voluntad y que la misma es Buena, Agradable y Perfecta, toda esta oposición me provocó caer en una depresión, donde experimenté soledad.

c. Otro error fue pensar que había hecho una especie de cambalache contigo, que si te había dado “lo mejor” que había tenido en mi vida, Tú me devolverías algo superior; y si bien, Tú bendices la obediencia, la bendición abundante que he recibido no ha sido necesariamente otra pareja; Sino Tu Provisión, Tu Fidelidad, Tu Cuidado, Tu Dirección.

d. Hoy casi 10 años después de esa decisión entiendo mejor lo que nos evitaste a mí y a mi hijo, pues, esta persona luego de estar en Tailandia, fue trasladado a China por varios años, a Siria por otros más; y Padre, oh, Profundidad de Tus Riquezas y Tu Sabiduría; insondables son Tus Juicios e inescrutables Tus Caminos, Tú sabías que en esos países no íbamos a estar expuestos a Tu Palabra, al contrario, está prohibida su predicación; en especial, hoy veo a mi hijo en Tu Camino. ¿Qué sería de nosotros dando vueltas por el mundo, sin Ti? Cuando lo observaba dando el sermón en el culto de los adolescentes de la IBI, solamente pensaba: lo criaste Tú, Señor, pues, con todos los problemas que yo he tenido, por más que me hubiera esforzado no hubiera podido hacerlo. Gracias por ser Su Padre.

2. No tener un núcleo familiar sólido y estable:

a. Esta es quizás el área donde más soledad he experimentado desde mi niñez, pero de nuevo hoy puedo ver que mientras más sola me he sentido, más evidente ha sido Tu Presencia en mi vida, como me hiciste meditar a través de la lectura de Ezequiel 16: 1 al 14, donde le recuerdas a Israel que cada vez que fue desechada, abusada, maltratada y menospreciada Tú la recogiste, a pesar de su maldad y de sus rebeliones, solo por Tu Gracia.

b. A pesar de que mi matrimonio se destruyó y no tenía un núcleo familiar donde apoyarme, Tú siempre estuviste conmigo, Tu Vara y Tu Cayado me han infundido aliento; me trajiste hermanas amadas en Cristo que han sido más que hermanas: “Tu Bendición en mi vida”, me llevaste a una iglesia donde he aprendido a amarte y donde mi hijo ha tenido modelos de hombres que han caminado contigo y que han influido en su vida; me has mantenido en un lugar de trabajo donde he encontrado apoyo aún en mis momentos más críticos, allí he encontrado palabras de aliento, de estímulo. Todo eso no es más que muestra de Tu Gracia para con mi vida.

c. Y qué decir, de Tus Detalles:

1. De Tu Fidelidad a Tu Promesa de que no nos preocupemos por lo que hemos de vestir pues si Tú vistes así a los lirios del campo cuánto más no harás por nosotros? Hoy veo en mi closet, ropa que todavía mantiene el mismo brillo y color a pesar de los años, Tú me la has preservado; cómo me cambiaste de la inseguridad de tener que llamar a mis amigas más íntimas para que me dijeran qué vestir en cada ocasión y me moviste a pedirte a Ti que me vistieras (Padre vísteme Tú, yo no sé qué ponerme), y fue tanto que te pedí que no solamente me dabas ideas de cómo vestirme y combinarme sino que empezaste a mandarme ropa a través de regalos de amigas, hermanas; inclusive con los detalles de aquellas piezas que había comentado que necesitaba (los colores, las piezas).
2. De Tu Fidelidad en cumplir Tu Promesa de que no has visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan: cuando me has provisto decenas de miles de platos de comida durante estos años posteriores a mi divorcio;
3. Y me bendijiste con un apartamento;
4. Nunca me ha faltado nada. Tú has sido mi Pastor.
d. Tú has sido más que un Padre:
Te doy gracias por poner en el corazón de las organizadoras que yo diera este testimonio porque me ha servido para hacer un recuento de que si bien tantas veces me he sentido sola, DEFINITIVAMENTE NO HE ESTADO SOLA, TU NO ME HAS DEJADO NI ME HAS DESAMPARADO.

e. En las ocasiones en que mejor he manejado la soledad, es cuando me he olvidado de mí misma, he dejado el egoísmo y el egocentrismo y empecé a darle a los demás (cuando iba los domingos en la tarde con un grupo de amigas a un asilo, visitábamos enfermos y llevábamos la Palabra) de donde surge la inquietud de que tuviéramos un grupo precisamente orientado a sacarnos de ese egocentrismo y nació MAS; así mismo, en Navidad en lugar de pensar en "pobrecita de mí" que no tengo una familia que se reúne a cenar, en varias ocasiones preparé cenas e invité a hermanas que también estaban solas y pasamos juntas un momento agradable; hubo ocasiones que hasta preparé mi manjar y comí sola sin ninguna compañía terrenal y sobre todo, sin ninguna queja; pero cuando quito los ojos de Ti, entonces, me hundo otra vez en la autocompasión, la queja y la inconformidad.
f. Finalmente, luego de estas reflexiones, quiero parafrasear la porción de 2ª Corintios 12:7-11

“Y para que la compañía de las relaciones
no me mantuvieran lejos de Ti,
me fue dado un aguijón en mi carne;
un mensajero de Satanás que me abofetee
para que siempre vuelva a Ti: la soledad;
respecto a lo cual innumerables veces
he rogado al Señor que lo quite de mí.
Y me ha dicho: Bástate mi Gracia, porque mi Presencia
Manifiesta se perfecciona en tu soledad;
por tanto de buena gana me gloriaré más bien
en mis soledades, para que repose sobre mí
la presencia de Cristo…
porque cuando me he sentido mas sola
Tu Presencia HA SIDO MAS QUE SUFICIENTE”

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