Mis derechos vs. Su Gracia (Parte V)

Finalmente, debido a tantos mensajes, pasajes y coincidencias relacionadas con el "potro salvaje" creo que pude entender porqué esta aparente insistencia de Dios en que abandonara mi antigua manera de vivir relinchando, pataleando y no permitiendo que se me dirija, toda una gama de actitudes que personifican al famoso personaje "don potro salvaje".
A veces me gusta volver a releer algunos de mis libros cristianos, donde me encuentro con sorpresas para momentos actuales por los que estoy atravesando; he pensado que estas "enseñanzas renovadas" se deben a que estos libros están basados en la Palabra de Dios y como ésta es viva y eficaz según Hebreos 4:12, así mismo ocurre con tales enseñanzas, que se hacen vida para aquellos que nos nutrimos a través de ellos.
La re-lectura en este caso correspondía a "Desafío a Servir" de Charles Swindoll;  para mi grata sorpresa, coincidió que el día que leí la página 102 en el capítulo titulado "Retrato del Siervo, Primera Parte" venía de enviar un e-mail relativo a los potros salvajes (uno de los titulados "Mis Derechos vs. Su Gracia") y el tema que se trata en la página que antes indiqué es "los mansos" refiriendose a la enseñanza del Señor Jesus sobre las "Bienaventuranzas" y entre las definiciones que da el autor de esa palabra (manso) se encontraba "un caballo salvaje que ha sido domado, sometido a control, se lo califica de manso". 

Entonces concluí que la insistencia de Dios con que dejemos de ser potros salvajes es para que cultivemos en nosotros, el fruto de Su Espíritu que es la mansedumbre.

El autor continua su análisis sobre esta virtud que deben tener los siervos en la pagina 103 basándose en la promesa de la bienaventuranza para los mansos quienes "recibiran la tierra por heredad" y entonces acota: "en vez de perder, los mansos ganan. En vez de que la gente se abuse de ellos, y de que les saquen ventaja; saldrán adelante; haciendo en esta ocasión, referencia al Salmo 37:7-11. 
Es aquí donde entendí que el origen de la rebeldía del potro salvaje es el temor, temor a perder, temor de que abusen de ellos; y por eso se defiende; porque cree que si "fracasa" pierde su valor, porque lo busca en su quehacer, en sus logros, en lo externo, en lo que la gente ve y no en lo que de verdad tiene valor: LO QUE DIOS SABE.
Por lo tanto, cuando nos veamos a nosotros mismos o a otros actuando como potros salvajes, preguntémonos: cuál será el temor que hay detras?

Una de las definiciones que he leido de "mansedumbre" en varios libros cristianos es "poder bajo control" por lo tanto si el potro salvaje es lo contrario de ser manso, bien pudiera definirse a dicho potro como "debilidad sin control"?
Por eso en Mateo 11:28 Jesús nos invita a que vengamos a El, "cuando nos sintamos trabajados y cargados, que El nos hará descansar."  No hay nada que fatigue más, que estar luchando con la Voluntad de Dios, no hay nada que agote más que un espíritu rebelde; por eso, en ese pasaje Jesús continúa diciendo "llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde corazón y hallaréis descanso para vuestras almas".
Oh, que podamos decir "hágase Tu voluntad", yo andaré a Tu paso, sin condiciones, sin resistencia, sin necesidad de controlar, soltando las riendas de mi vida al Unico que la puede llevar a puerto seguro, mientras mi alma descansa en Su Sabiduría, Su Providencia, Su Eterno Amor.
Descansa alma mía en los lugares de delicados pastos que El ha preparado para tí. Bendice alma mía a Jehová.

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