Cómo luce una mujer de esperanza bíblica?

En días pasados estuvimos viendo las actitudes y palabras de Noemí que la identifican como una mujer sin esperanza.  A raiz de esa reflexión estuve pensando que hay otras mujeres en la Biblia que tampoco fueron mujeres de esperanza como es el caso de Sarah la esposa de Abraham quien al perder la esperanza incitó a su esposo a adelantarse al tiempo que Dios tenía determinado para cumplir Su Promesa.

También tenemos a Lea quien en cada hijo que daba a luz, perdía las esperanzas de que su esposo la llegara a amar; por otro lado, Raquel su hermana, quien al perder las esperanzas de procrear un hijo, también lo motivó a tenerlo con la criada porque se desesperó sin confiar en que más tarde Dios bendeciría su vientre. Así pudieramos continuar y encontrarnos con otras mujeres de la Biblia que no supieron esperar a Dios, ni esperar en Dios.

Así mismo, estuve pensando en cuál (es) mujer (es) de la Biblia caracterizarían a una Mujer de Esperanza; en este caso, dos mujeres vinieron a mi mente y estuve leyendo los pasajes correspondientes; una es del Antiguo Testamento: la Reina Ester; y otra, del Nuevo Testamento: la mujer del flujo de sangre que tocó el manto de Jesús.

Por eso quiero referirme brevemente a las actitudes de estas mujeres que las hacen identificar como Mujeres de Esperanza y que pueden servirnos de modelo a nosotras que queremos llegar a ser, con la gracia de Dios, Mujeres de Esperanza:

1. Ester:

a)  Ante la amenaza de que su vida y la de su pueblo estaban en peligro, y ante el reto lanzado por su primo Mardoqueo (quien había sido como un padre para ella), cuando le envía a decir: Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? (Ester 4:14) la reacción de Ester fue convocar a ayuno (en el Antiguo Testamento, en la generalidad de los casos, el ayuno se presenta como estado de tristeza, luto y humillación por la penitencia del pecado ante Dios; también se usaba para hacerle una petición a Dios).

b) Aunque una de las interrogantes de este libro es que el nombre de Dios brilla por su ausencia, no menos cierto es que siendo judíos (aún en el exilio) deben haber conocido a (o escuchado  sobre) Dios y las prácticas de su pueblo porque de inmediato Ester convocó a todos a humillarse; por otro lado, esa pregunta de Mardoqueo parece aludir a la Providencia de un Dios Soberano que ordena los eventos de nuestras vidas, es decir, que él entendía que no era por pura coincidencia que en un momento crucial como éste, precisamente una judía fuera la reina; por último en varios pasajes (5:8; 7:3, 8:5) Ester alude a que si "ha obtenido gracia" delante del rey, lo que puede hacernos pensar que sabía que no dependía de ella, haber logrado el favor del rey; sino que había recibido una gracia especial para su encomienda.

c) Al mismo tiempo que convocó al ayuno, la reacción de Ester fue "si perezco, que perezca", es decir, que estaba dispuesta a afrontar las consecuencias por hacer lo correcto. No se dejaba intimidar por los resultados. 


d) Esa debe ser la actitud de una mujer de esperanza que conoce a su Dios Soberano, a Cuya Voz las nubes, los vientos y las olas se doblegan; ella no se amedrenta al obedecerlo porque sabe que El se manifestará a ella (Juan 14:21) pero quien también conoce que "en Sus Manos están mis tiempos" (Salmo 31:15).  Es una mujer que como dice Elizabeth George "conoce que Dios es el Autor de cada momento de su vida" y por eso es una mujer de esperanza.


2. La mujer que tocó el manto de Jesús:

a) Debido a las reglas de Levítico sobre la impureza de la mujer para los rituales religiosos a causa de su menstruación, esta mujer había sido confinada a un estado de rechazo y marginación social durante un largo período de 12 años; con mucha seguridad, nadie -incluyendo sus familiares- se atreverían a tocarla para no hacerse, ellos mismos, impuros. Por lo tanto, además de su condición física, de por sí bastante molesta y debilitante, también tenía que enfrentar el problema religioso y social.


b) Ya había gastado todos sus recursos monetarios en médicos, sin encontrar esperanza para su cura; por lo tanto, a estas alturas, luego de 12 años en la misma condición, debía encontrarse cansada, desesperanzada, hastiada; en el pasaje de Marcos 5, se nos dice que ella había sufrido mucho; seguramente en la medida en que veía que sus recursos materiales se agotaban, y que los días, meses y años pasaban, así mismo veía desaparecer sus esperanzas.

c) El capítulo 8 de Lucas nos dice que ninguno de los médicos que la atendieron, la había podido curar; esta mujer debe haber recibido año tras año una cubeta de agua fría en cada ocasión que el médico de turno, le quitaba la esperanza con el triste diagnóstico de que todo seguía igual. En el evangelio de Marcos se enfatiza que nada le había aprovechado y que aún en cada ocasión le iba peor.



d) Quizás ya estaba a punto de abandonar, quizás ya había pensado rendirse; no le habrá pasado por la mente cometer suicidio? no estaría deprimida al sentirse sola y sin esperanza?  Pero ella escuchó hablar de Jesús, alguien del pueblo debe haberle contado de las maravillas que El había hecho, de la autoridad con que enseñaba las Escrituras; como mujer judía seguro tenía la esperanza del Mesías que había de venir. 

Y al escuchar los testimonios de las obras de Dios a través de Jesús, es muy probable que haya renacido la esperanza en su corazón, que todo aquello marchito, triste, empezara a recibir un rayito de luz, de esperanza, a confiar en volver a tener vida de nuevo, a disfrutar de compañía, a sentir el toque de un abrazo, a poder extenderse sin temor al rechazo... esperanza de salir de su encierro, de su soledad, de sentir el toque de un abrazo... dejar de ser la intocable.


e) Con las pocas esperanzas y las escasas fuerzas que debían quedarle (con este flujo prolongado debe haberse encontrado en estado anémico) esta mujer se abrió paso en medio de la multitud que apretaba a Jesús; aún con el temor de que si la descubrían, sería acusada de estar "haciendo impuros" a todos aquellos a quienes tocaba, y de seguro pasaría un mal momento... una gran verguenza.  Pero ella se decía a sí misma "si tan sólo tocara el borde su manto" lo que nos hace entender que a pesar de su larga aflicción, dolor, soledad, rechazo... haber escuchado de Jesús le había traido esperanzas de que podía ser sanada, de que por fin se acabarían sus días de impureza. 

f) Esa esperanza la hizo perseverar... acercarse por detrás sigilosamente... para pasar desapercibida -tal como se había acostumbrado a vivir para no llamar la atención y ser objeto de rechazo-  venció los obstáculos, empezando por el concepto que ella tenía de sí misma... y se abrió paso a pesar del temor; la esperanza en Cristo nos hace seguir adelante, nos inspira a proseguir a la meta, nos impulsa a continuar la carrera aunque sea arrastrándonos, cuando la lucha ha sido larga, ardua y nos ha dejado sin aliento. Algo importante a resaltar es que en este momento crucial, ella no tenía los ojos en sí misma, pues estaban completamente enfocados en llegar a "tocar el borde de Su manto".



g) Ella fue sana, Jesús reconoció su fe (que es la raíz, el origen de la esperanza) restauró su imagen delante de todos, cuando la llevó a confesar todo lo acontecido (así a nadie le quedaría dudas de su sanidad total). 


g) La mujer no podía quedarse callada luego de su sanidad, a pesar de lo que pudiera pensar la multitud que la rodeaba... ella había puesto su esperanza en Jesús y ahora que El la había sanado ya no podía volver a quedarse callada; es posible callar luego de encontrar la certeza de la esperanza; cuando aquello que habías esperado se ha convertido en realidad? De ninguna manera!!!


Una mujer de esperanza no mira sus limitaciones, los aparentes fracasos pasados, no atiende a sus circunstancias, no se atemoriza ante los obstáculos, ella "olvida lo que queda atrás -diagnósticos, aparente pérdida de tiempo, de dinero- y se extiende a lo que está delante  -sin importar los retos que tenga que tenga que enfrentar- prosiguiendo a la meta que es el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:13-14), en ese trayecto "pone sus ojos en Jesús, el Autor y Consumador de su fe" (Hebreos 12:1-2).


Una mujer de esperanza entiende que cuando todo a su alrededor y aún la aflicción que la arropa, la hacen sentir abatida en su interior llevándola a pensar que "perecieron sus fuerzas y su esperanza en el Señor" (Lamentaciones 3:18) , es tiempo de meditar en la eterna misericordia de Dios, por la cual ella no ha sido consumida, porque nunca decayeron Sus Misericordias, nuevas son cada mañana, y se recuerda a sí misma QUE GRANDE ES SU FIDELIDAD, que su porción es el Señor y por tanto le dice a su alma QUE ESPERE EN EL!!! porque El es bueno para aquellos que esperan en silencio la salvación (solución/respuesta/decisión) que en Su Soberanía El traerá.  


Una mujer de esperanza cuenta su testimonio, ella no se averguenza de brindarle esperanza a otras que se encuentran en las condiciones que ella se encontraba; ella se convierte en una fuente de esperanza. Ella cuenta las maravillas del Señor, porque sabe que El la liberó, la rescató, le da un nuevo nombre y publicamente la restaura; y como ella no se averguenza de El, El no se averguenza de llamarse Su Dios!!!

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