Subiendo nuestro segundo escalón de la escalera de las bienaventuranzas.
Nunca me imaginé cuan “bienaventurada” Él querría hacerme
basándose en el versículo del “Bienaventurado 2012” o sea, el Salmo 146:5; ya
que en el primer mes de este “bienaventurado año” 2012”, El continuó confirmándome Sus
“bienaventuranzas” partiendo de que si dicho versículo proclama que
“Bienaventurado aquel cuyo Ayudador es el Dios de Jacob”, mientras menos
personas nos ayuden, más bienaventuradas seremos porque nos va quedando UNA
SOLA AYUDA: LA DEL AYUDADOR!!.
Y esa es la Única Ayuda verdaderamente
permanente pues Él ha prometido en Isaías 41:10 “Siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la Diestra de mi Justicia”.
Entonces en lugar de quejarnos,
desalentarnos o entristecernos, demos gracias cuando todas nuestras “ayudas”
(de cualquier tipo) estén siendo removidas, porque quiere decir que Él nos está
colocando en la posición de ser más bienaventuradas… si aceptamos quedarnos con
Ayudador que no nos deja ni desampara, según Hebreos 13:5-6; por lo tanto, no
debemos temer lo que nos puedan hacer las personas.
Reflexionando en el significado
de la palabra “bienaventurado” en varios pasajes de la Biblia; encontramos:
1. La primera vez que se utiliza dicho
término en la Biblia (Deut.33:29), tiene que ver con la elección de Israel y la
bienaventuranza de esa elección, al ser posesión del Dios Incomparable. Tal
como ocurre con aquellos que hoy estamos en Cristo, al ser elegidos desde antes
de la fundación del mundo. Entonces, nuestra buena-ventura, nuestra felicidad,
nuestra dicha, está dada por nuestra identidad en Cristo, por nuestra relación
con Dios.
2. La segunda ocasión en que encontramos ese
vocablo en la Palabra (1 Rey. 10:8), es cuando la reina de Saba se refiere a
Salomón, al considerar “bienaventurados” a los siervos del rey porque eran
testigos de las bondades de Dios para con la vida de aquel; que, así mismo el
Señor que permita que las personas a nuestro alrededor sean “bienaventuradas”
al descubrir Su Bondad en nuestras vidas.
3. Job 5:17 nos enseña una
tercera bienaventuranza y es la que se desprende de la reprensión o disciplina
del Señor; por lo tanto, volviendo al contexto del Salmo 146:5, si Dios nos
está quitando las “ayudas” es porque conoce nuestro corazón idólatra que tan
pronto encuentra una “ayudita” la coloca en el Trono que al Único que no le
queda grande es al Ayudador, por lo tanto esa “jubilación” de nuestras ayudas
por parte del Señor, podría ser parte de su disciplina para que nuestro corazón
solamente Lo adore a Él, Quien nos ama con amor eterno, nos anhela celosamente
y por eso nos disciplina para que volvamos a El.
Por tanto, si estamos siendo
disciplinadas en lo concerniente a las “ayudas”, recordemos que Él nos está
tratando como a hijas amadas lo que, a final de cuentas, se traduce en Triple
bienaventuranza: 1) por ser elegidas para ser Sus hijas; 2) porque Él quiere
ser nuestro Único Ayudador; y, 3) por la disciplina misma.
Reajustemos nuestros lentes de la
fe; renovemos nuestra mente y en lugar de quejarnos, de llorar, de sentirnos
desamparadas…demos gracias y regocijémonos en estas pruebas de “des-ayuda”, de
disciplina porque en medio de ellas podemos llamarnos “bienaventuradas”. Atravesemos
el puente de Su Bondad…desde la orilla de sentirnos “Batidas” por las pruebas…
a la orilla donde nos sabemos “Bienaventuradas” en medio de ellas.
Dejemos que El transforme
nuestras mentes para proclamar Su Verdad de que en todas estas cosas (pruebas,
disciplinas) somos MAS QUE BIENAVENTURADAS en Cristo Jesús!!
Cuando nospregunten: cómo éstas?
Que Dios nos de Su Gracia para que podamos responder con un corazón sincero y convencido de esta gran
verdad: que estamos/somos “Bienaventuradas” independientemente
de las circunstancias; para que así sea Su Nombre sea glorificado.
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