Bienaventurada la nación


En la medida en que nos henos deleitado en el "Bienaventurado 2012"  recogiendo "bienaventuranzas" (o sea, viendo todo aquello con lo que, conforme a Su Palabra, somos bendecidos por Dios) hasta el momento habíamos encontrado bienaventuranzas individuales; pero en esta ocasión, en el precioso rinconcito de nuestro florido jardín (libro de los Salmos) hoy encontramos una bienaventuranza colectiva, es aquella que el salmista declara en el Salmo 33:12 "Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová...".
 

En el Antiguo Testamento, esa nación elegida era el pueblo de Israel; hoy Su Pueblo somos aquellos que la Palabra "el cuerpo de Cristo"; ni en el caso de los israelitas ni en el caso nuestro, la elección tiene que ver con nada que hagamos ni tengamos sino con Su Soberanía, Su Amor.

Desde otra perspectiva, a través de la historia podemos ver que en aquellas naciones donde se arraigaron las verdades del evangelio (países europeos donde los reformadores tuvieron gran influencia; Estados Unidos en sus inicios) donde los ciudadanos tenían una conciencia cristiana, se "respiraba" la bendición (bienaventuranza) de Dios en su organización, en esa sociedad; pero, así mismo, en la medida en que esas naciones fueron dejando de lado la Única Verdad que liberta, el deterioro moral, la descomposición de la sociedad se ha hecho presente, ha crecido de manera rampante.

Ahora que se acercan las elecciones en nuestra querida patria, quedó muy apropiada esta reflexión del Salmo 33:12. 

En nuestro país, muchos cristianos hacemos referencia a que en nuestra bandera encontramos el lema "Dios, Patria, Libertad", también a que en nuestro escudo hay una Biblia abierta con Juan 8:32 "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" lo cual es bueno y habla del corazón (o mas bien de la conciencia cristiana) de nuestros fundadores; sin embargo, debemos tener cuidado y no dormirnos en los laureles creyendo que por eso, ya hay un sello de garantía de que la bendición de Dios está sobre nosotros como nación; porque recordemos que todavía en Estados Unidos tienen como lema de nación "In God We trust" (En Dios confiamos) y, sin embargo, esa no es la realidad de esa nación.  No podeos caer en un misticismo "supersticioso" creyendo que estos símbolos operarán como "amuleto” que nos atraerán la bendición de Dios. 

A manera de ejemplo, en la Biblia tenemos el caso de los hijos de Eli que quisieron llevar el arca del pacto de Jehová (donde moraba la presencia de Dios) y, sin embargo, no les sirvió de nada porque sus vidas no honraban a Dios (1 Samuel 4); por lo tanto, no podemos tomar símbolos representativos de Dios, no podemos tomar Su Palabra como "amuletos" que nos resguarden; la Palabra de Dios, el Nombre de Dios son para honrarlos, para vivirlos, para someternos a ellos; el Nombre de Dios es Santo, Su Palabra es Santa; así que aquellos que somos llamados por Su Nombre en esta nación, estamos llamados a proclamar y vivir Su Verdad, no simplemente hacer mención a lo que contiene nuestra bandera y nuestro escudo; si nos descuidamos, nos puede pasar como a los hijos de Eli, que se engañaron a si mismos pero no pudieron engañar a Dios; no pudieron contar con Su Poder, ni Su Favor.

Y recordemos que para que llegue la bendición de Dios a una nación, primero tiene que empezar con Su Pueblo como dice 2 Crónicas 7:14 "Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi Nombre es invocado y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces YO oiré desde los cielos y sanaré su tierra".

Si nosotros los que invocamos Su Nombre en esta nación queremos que esta sea "bienaventurada" recordemos que tiene que darse todos elementos -no uno u otros; sino TODOS EN CONJUNTO-:

1. Debemos humillamos (reconocer nuestro pecado delante de Dios; confesarlo; no justificarlo; saber que fuera de El, de Su Gracia no hay salvación para nosotros)

2. Orar (hablar con El, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, sabiendo que nos escucha solo y exclusivamente por los méritos de Cristo, Su Vida Perfecta, Su Sacrificio, Su Resurrección, permitiendo que en ese tiempo de oración El escudriñe nuestros corazones;  que vengamos a El con corazones contritos y humillados cerca de los cuales Él se encuentra)

3. Buscar Su Rostro (o sea, Quien es El, como se revela en Su Palabra, cual es Su Caracter; que en lugar de buscar Su Mano -es decir, solo estar enfocados en que nos bendiga, nos de, nos de- busquemos QUIEN ES EL)

4. Convertirnos de nuestros malos caminos: no basta con humillarnos y reconocer nuestro pecado, no basta con confesarlo, no basta con orar; tenemos que actuar, tenemos que permitirle que enderece nuestros pasos; no podemos seguir haciendo aquello "por lo cual Cristo murió" como decía un post de twitter en estos días; en especial, nosotras las mujeres que tenemos influencias sobre nuestros hijos; qué estamos haciendo? Cuál es el legado que les estamos dejando?

ENTONCES, Dios escuchará y perdonará y sanará nuestra amada nación; entonces, podremos decir que la Republica Dominicana será llamada bienaventurada . Nunca antes.

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