Entre las
charlas que elegí se encontraba -por segunda vez- una con Kathleen Keer, una mujer joven
con una gran pasión por el mensaje del Evangelio y por exhortarnos a que lo
comuniquemos “tal como es”-, para que el mundo conozca lo que significa el cristianismo: “morir para
vivir”; nos advertía que nuestro mensaje no debía ser “evangelio de
prosperidad”; el mensaje cristiano debe ser comunicado de manera opuesta a como se comunica el mensaje del mundo: no debemos esconderles a las personas que
aunque vengan a Cristo tendrán que soportar aflicción. Tienen que saberlo. No
debemos hacerle “photoshop” al mensaje. De nosotras depende la forma en que
comunicamos Su Mensaje.
La noche del
viernes tuvimos una sesión donde debíamos someter un escrito nuestro a
“critica” de otras dos asistentes y al mismo tiempo nos correspondía hacer
critica constructiva de los escritos preparados por ellas. Fue una experiencia retadora,
pues, luego de escribir algo, lo sentimos como si fuera nuestro hijo –un
retoño- y ponerlo en manos de otras personas para que lo critiquen es una
prueba de fuego al orgullo. Sin embargo, la Palabra nos recuerda que “Dios da
mayor gracia a los humildes”.
El escrito
que sometí, fue la traducción del articulo sobre la película de Margaret
Thatcher –tuve que resumirlo en tan solo 500 palabras-. Tanto la
retroalimentación que recibí de mis dos “criticas” como la revisión de sus
escritos fue una bendición muy enriquecedora, pues, pude ver que si bien el Señor
me ha dirigido a ser “transparente” cuando escribo, todavía hay áreas que no
expongo –y precisamente me preguntaron al respecto; por ejemplo, (i) cual era
la conducta que yo exhibía que me ganó el calificativo de “dama de hierro”; (ii)
tratar el tema del divorcio, entre otros-. Fruto de esa experiencia de “critica
entre amigas” tengo –por lo menos- tres reflexiones pendientes de escribir; en
el libro de Proverbios encontramos que en “la multitud de consejos hay
seguridad” (o victoria, según algunas traducciones).
Para reflexionar:
Cuando tenemos que comunicar Su Mensaje…lo acomodamos
para no ser rechazadas? Lo diluimos para “no ofender”? En caso de hacerlo de
esa manera debemos pedir perdón a Dios por no “tener más temor del hombre que
de El”
Que tan difícil nos resulta exponernos a la
critica? Estamos dispuestas a “abrirnos” mas para llevar Su Mensaje; ser
débiles para que Su Poder se perfeccione en nosotras? Ser vulnerables, sin caretas, sin
dobleces; de manera que toda la gloria sea Suya?
Como reacciono ante las criticas? (nuestra
reacción es un medidor del orgullo en nuestro corazón)
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