Salió premiado…


“…Bienaventurados los que habitan en Tu Casa; perpetuamente te alabarán…

Bienaventurado el hombre que tiene en Ti, sus fuerzas, en cuyo corazón están Tus caminos…” Salmo 84:4-5



 
A todos nos gusta la sorpresa de recibir algún premio…pero con tantas historias de finales tristes que andan por ahí con relación a supuestos premios que resultaron no ser tales, nos hemos vuelto suspicaces (por no decir paranoicos) frente a los mensajes con ofertas o anuncios de que hemos ganado tal o cual premio –para recibir los cuales se nos requiere asumir ciertos compromisos monetarios-.  
 
Sin embargo, cuando se trata de premios (o regalos) de Dios no hay nada que temer, porque en El no hay engaño (Num.23:19); estos comentarios vienen a colación porque en nuestra “búsqueda en el jardín de bienaventuranzas” nos encontramos con la agradable sorpresa de que el Salmo 84 salió premiado pues contiene dos bienaventuranzas, seguida una de la otra.
Pudiera decirse que, en cierto modo, la primera es una bienaventuranza “corporativa” o “congregacional” (“…bienaventurados los que…”) y la segunda, individual (“…bienaventurado el que…”).
Este salmo nos confronta desde su titulo “Anhelo por la Casa de Dios”, pues, si somos sinceras –en numerosas ocasiones no tenemos ese anhelo y deseo ardientes de estar en “Su Casa” –ya sea que lo interpretemos como estar en Su Presencia –pasar tiempo a solas con El- o estar en el templo físico –la congregación- en cuyo caso aplicaría el sentido de “bienaventuranza corporativa/congregacional”.
Para los israelitas “la Casa de Dios” representaba el lugar donde moraba la misma Presencia de Dios; por lo que consideraban que serian “muy felices” si pudieran quedarse allí para siempre, con un regocijo tan grande que “perpetuamente Lo alabarían”.

El “premio” de este salmo –la 2ª bienaventuranza- nos muestra a una persona que reúne dos condiciones: a) tiene sus fuerzas en el Señor; y b) tiene en su corazón los caminos del Señor; la versión de la Biblia “La Palabra de Dios para todos” –con un lenguaje más sencillo- lee: “Qué afortunado es el que se apoya en Ti, el que sólo piensa en andar en Tus caminos.”
Muchas podemos estar sinceramente “auto-engañadas” creyendo que nos estamos apoyando en El –y cantamos a viva voz “Mi fuerza es El como ninguna”- cuando en realidad, Dios es nuestro ultimo recurso, pues vivimos como “predica” el famoso slogan “Cuando todo lo demás te falle, lee la Biblia” –entiéndase, dinero, talentos, relaciones, manipulaciones-.
La oración que nos convertirá en la “mujer bienaventurada que solo piensa en Sus Caminos” la encontramos en Salmo 139:23-24.

Aplicación:
Lee los versículos siguientes del Salmo 84 para que descubras cómo lucen en detalle estas bienaventuranzas -aun en tiempos de aflicción-.

Si los cristianos “habitamos en Su Casa” debido a que somos el Templo del Espíritu Santo, esto significa que somos las “bienaventuradas” del versículo 4; por lo tanto, Su alabanza es permanente en mi vida como dice el salmista ocurriría con los israelitas si pudieran habitar para siempre en la "Casa de Dios"?
Cuáles serían los resultados si nos hicieran una “radiografía mental” con el propósito de identificar nuestros pensamientos del día: aprobaríamos la segunda condición para recibir “el premio”? es decir, encontrarían que “solo pensamos en andar en Sus Caminos”? 

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Design in CSS by TemplateWorld and sponsored by SmashingMagazine
Blogger Template created by Deluxe Templates